Psicologo
El pan, la tortilla y los tamales son alimentos populares por excelencia y nada han logrado contra ellos los productos similares que se han llevado al mercado por parte de la gran industria, en un intento por competir contra los fabricantes originales en su expresión netamente popular.
Los fabricantes, verdaderos artesanos sehan defendido muy bien de la invasión de productos de discutible calidad que el mundo de la modernidad global ha inventado para tratar de expropiárselos al gusto popular, como sucedió con el café colado al ser desplazado por el café soluble;los jugos de frutas naturales por adefesios embotellados,el cambio de los tacos originales por los “Bell” o por los sushis y los tacos fish, para quienes buscanlo dietético; los dulces típicos de biznaga, los cubiertos de calabaza y los de camote -muy escasos ahora-, y nuestro original chocolate, pasando por la deformación enfrijolada y atocinada del hot dog que originalmente sólo llevaba cebolla cruda, tomate,mostaza y mayonesa. Algo ha sucedido también con la galleta de animalitos que no ha tenido sustituto.
¿Qué es lo que ha sostenido al pancasero y de panaderías populares bien elaborado en el gusto de la gente? Creo que el éxito del pan vapor, de la tortaliza, de la empanada de calabaza, los cochitos, las semitas los cortadillos, los elotes y la variedad de la llamada “fruta de horno”, es que se defienden por el gran arraigo que tienen como alimento en todos los sectores sociales gracias al trabajo esforzado de panaderos que hanresistido de todo y han dedicado su vida entera al oficio.
¿Quién se puede resistir al olor que despiden las panaderías a la hora de estar cociendo el pan en los barrios? Creo que nadie.
A la memoria viene también el recuerdo de los hornos caseros en los patios de las casas y los molinos de nixtamal a un lado de las cocinas. Algo que tan cerca ha estado por generaciones de la sensibilidad popularno puede ser borrado de un plumazo por la industria, que ha intentado penetrar en el gusto popular con productos que van y vienen en la publicidad y cuando mucho han penetrado en menos del 10% en el consumidor de pan y, desde luego, del de tortillas, que por cierto resulta harto difícil de imitar también.
El esfuerzo por sostenerse ha sido enorme y sin duda se debe al trabajo callado,paciente, y con mucho talento de quienes por generaciones se han dedicado al negocio de panaderías y tortillerías; y cuyo arraigo es incuestionable. Cada pueblo tiene las suyas y los personajes son fácilmente perceptibles. Son sus características principales: la laboriosidad y la humildad en su comportamiento, sin duda.
Roberto Trinidad Anaya Martínez fue uno de los miles de migrantes que bajaron dela sierra de Álamos a los pueblos ubicados en las márgenes del Río Mayo a principios de los años treinta del siglo pasado. Tiempos eran cuando la minería y las haciendas ganaderas de la región habían entrado en crisis, en parte por la salida de muchas familias a otras partes de Sonora y Arizona por el movimiento revolucionario y también por la caída del precio de la producción de materias primasen esa zona. Desde entonces, de El Chinal a Rancho Viejo, de Tapizuelas,los muertos y Jerocoa hasta el Zapote, se empezó a notar la migración de familias enteras en busca de oportunidades, una nueva vida y empleo que pobló colonias enteras del mayo.
Era una gente con tradición y cultura muy especiales, así como de disciplina y trabajo, con un estilo personal de vida que influyó notablementecuando poblaron algunas colonias urbanas de los pueblos de la región del mayo.
Don Roberto Anaya -que había nacido en 1908- deambuló desempeñando diversos oficios por Navojoa y Bacobampo, y a finales de 1938 se estableció en Huatabampo. Conoce a Guadalupe Jocobi, una de las hermanas del célebre cargador Cándido Jocobi “El Buli”; quien por muchos años vendió la mejor agua de cebada del pueblo...
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