psicologo

La trama en sí es aceptable, como una niña y su nuevo amigo el gigante deben hacer frente a un conjunto de gigantes antropófagos (y bastante asquerosetes, todohay que decirlo) con la ayuda de su ingenio, y bastante ayuda extra por parte de la Reina de Inglaterra.


Al contrario que con Agu Trot, que me pareció una obramuy tierna, con este libro no he terminado de conectar. La pequeña Sofía a veces me parecía un poco presuntuosa, y a Bonachón no terminé de captarle la psicología.Pero la parte que me ha parecido quizás un poco desesperante es la forma de hablar del gigante. Sus continuos fallos en la dicción y palabras inventadas ylarguísimas pueden ser motivo de risa de los más pequeños, pero a mi me crispaba los nervios y terminaba por saltarme palabras a la mitad.


Por otro lado, dejando a parteel cuento infantil, se puede apreciar una especia de enseñanza moralista, que se hace presente a través de las personalidades de los protagonistas. Sofía simbolizala parte conservadora, incrédula de la sociedad londinense, que se aferra a unos valores establecidos y le cuesta salir de ellos. Bonachón es un espíritu libre, algoasí como un valor moderno y libera, y le abre los ojos a Sofía, mostrándole hechos de una forma tal que la niña es consciente de lo mucho que ignora ( y que hasta ami me han hecho reflexionar). Así el gigante ejerce como un maestro formado en la calle, conocedor de curiosidades.


En definitiva, con lo que me suelen gustarlas obras de Dahl, esta me ha decepcionado un poquito, quizá por pasarse de moralista, quizá por mezclar la fantasía con la realidad de una forma muy irreal.