Psicomagia
LIBROS DEL TIEMPO
PSICOMAGIA
Ediciones Siruela
Índice
Prólogo
Alejandro Jodorowsky 5
PSICOMAGIA
Psicomagia. Esbozos de una terapia pánica
Nota preliminar (Gilíes Farcet) 12
El acto poético 17
El acto teatral 27
El acto onírico 43
El acto mágico 50
El acto psicomágico 80
Algunos actos psicomágicos 90
Breve epistolariopsicomágico 95
La imaginación al poder 111
Lecciones para mutantes
Nota preliminar (Javier Esteban) 114
Llaves del alma 116
La estela de la vida 130
Puente invisible 137
Visiones 147
El arte de sanar 157
Entender la vida 163
Curso acelerado de creatividad
Introducción 168
Ejercicios de imaginación 174
Técnicas de la imaginación 186
Aplicaciones terapéuticas 189Apéndice. La psicomagia: poesía aplicada
al tratamiento de la locura
Martín Bakero 193
Prólogo
Habiendo vivido muchos años en la capital de México tuve oportunidad de
estudiar los métodos de aquellos a los que se les llama «brujos» o «curanderos».
Son legiones. Cada barrio tiene el suyo. En pleno corazón de la ciudad se alza el
gran mercado de Sonora, donde se venden exclusivamenteproductos mágicos:
velas de colores, peces disecados en forma de diablo, imágenes de santos,
plantas medicinales, jabones benditos, tarots, amuletos, esculturas en yeso de la
Virgen de Guadalupe convertida en esqueleto, etc. En algunas trastiendas
sumidas en la penumbra, mujeres con un triángulo pintado en la frente frotan
con manojos de hierbas y agua bendita a quienes van aconsultarles, y les
practican «limpias» del cuerpo y del aura... Los médicos profesionales, hijos
fieles de la Universidad, desprecian estas prácticas. Según ellos la medicina es
una ciencia. Quisieran llegar a encontrar el remedio ideal, preciso, para cada
enfermedad, tratando de no diferenciarse los unos de los otros. Desean que la
medicina sea una, oficial, sin improvisaciones y aplicada apacientes a los que se
les trata sólo como cuerpos. Ninguno se propone curar el alma. Por el contrario,
para los curanderos la medicina es un arte.
Le es más fácil al inconsciente comprender el lenguaje onírico que el lenguaje
racional. Desde cierto punto de vista, las enfermedades son sueños, mensajes
que revelan problemas no resueltos. Los curanderos, con una gran creatividad,desarrollan técnicas personales, ceremonias, hechizos, extrañas medicinas tales
como lavativas de café con leche, infusiones de tornillos oxidados, compresas
de puré de papas, píldoras de excremento animal o huevos de polilla. Algunos
tienen más imaginación o talento que otros, pero todos, si se les consulta con fe,
son útiles. Hablan al ser primitivo, supersticioso, que cada ciudadano llevadentro.
Viendo operar a estos terapeutas populares, que a menudo hacen pasar por
milagros trucos dignos de un gran prestidigitador, concebí la noción de
«trampa sagrada». Para que lo extraordinario ocurra es necesario que el
enfermo, admitiendo la existencia del milagro, crea firmemente que se puede
curar. Para tener éxito, el brujo, en los primeros encuentros, se ve obligado a
empleartrucos que convencen a aquél de que la realidad material obedece al
espíritu. Una vez que la trampa sagrada embauca al consultante, éste
experimenta una transformación interior que le permite captar el mundo desde
la intuición más que desde la razón. Sólo entonces el verdadero milagro puede
acontecer.
Pero, me pregunté en aquella época, si se elimina la trampa sagrada, ¿se
puede conesta terapia artística sanar a personas sin fe? Por otra parte, aunque
la mente racional guíe al individuo, ¿podemos decir que alguien carece de fe?
En todo momento el inconsciente sobrepasa los límites de nuestra razón, ya sea
por medio de sueños o de actos fallidos. Si es así, ¿no hay una manera de hacer
actuar al inconsciente, como un aliado, de forma voluntaria? Cierto...
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