Psicóloga

Humor y Teatro espontáneo


Rasia Friedler


En la escena hay tres sillas. En cada una de ellas hay un personaje: una psicóloga, un hombre y una mujer. La mujer agita un pañuelo con su mano temblorosa y gestos que marcan una inquietud y desasosiego desbordantes. Afirma y repite una y otra vez: -Yo le voy a explicar, señorita, yo le voy a explicar. De mientras el hombre se aproxima a lapsicóloga y se queja: -“Mi mujer no entiende”. La mujer sigue gesticulando y hablando sin parar de las virtudes de la terapia mientras el hombre dirige miradas seductoras a la terapeuta que no las rehúsa. La música incidental y la iluminación marcan los tiempos y colorean los climas. La escena se desarrolla a través de mímicas y movimientos que reconfiguran las distancias entre los tres. Tras uninsinuante cruce de piernas, la psicóloga atrae al hombre hacia sí, asiéndose al brazo de su silla, mientras la mujer, cada vez más excitada y distante de ambos, queda finalmente de espaldas a ellos y se vuelve hacia el público diciendo: -“Desde que venimos acá, mi esposo y yo estamos mucho mejor. ¡Querido, nos dieron el alta!”. El hombre, sentado en la falda de la psicóloga le prodiga un beso. Ambosse besan, con los cuerpos ya imbricados, y el hombre exclama: -“¡Alta, alta!” El público irrumpe en carcajadas. (1)
Me he propuesto considerar el humor en el interior de la experiencia del teatro de la espontaneidad, a sabiendas de que toda experiencia rebasa su intelección. Advierto al lector que no trata un texto humorístico, antes busca explorar las posibilidades de esa extraña forma deaceptación gozosa de lo fallido de nuestras aspiraciones narcisistas en el proceso teatral. Intentaré indagar las conexiones entre esas dos formas de recrear la realidad, abriendo una interrogación sobre cómo y en qué condiciones emerge el humor en ese teatro sin telón ni guión previo.
Entre sus múltiples virtudes, el teatro espontáneo tiene la de revitalizar el humor; y esa potencialidad colectivaliberadora que se inscribe en el centro de la experiencia humana, en cierto modo, lo define. No es lo mismo la comicidad que el humor. Éste es, ante todo, una conciencia de sí como personaje que puede surgir a partir de la visión ajena de una evidencia propia, inadvertida hasta entonces por uno mismo. Tomarse a sí mismo como personaje…¿quién no ha soñado alguna vez con realizar esas otras vidas quela biología o la circunstancia no da, con poder trascender el tiempo cronológico? ¿Cuántas veces confundimos nuestros límites personales con los del mundo?
Lo cómico, a diferencia del humor, es un efecto derivado de una oposición de sentidos divergentes que, al romper con la previsibilidad y sorprender, provoca risa. Es un efecto posible del estado hipnoide.
Mucho se ha escrito ya sobre elteatro espontáneo, un campo de experimentación que antecedió al Psicodrama y vio la luz un 1º de abril de 1921, en manos de su creador: Jacob Levi Moreno. Como sabemos, este género es parte de una búsqueda de nuevos lenguajes expresivos con poderes antimíticos, terapéuticos, contraculturales y liberadores. Representa un quiebre de la puesta escénica tradicional cuya tónica reside en la atenuación dela frontera entre el espacio escénico y la platea para intensificar el encuentro a través de la espontaneidad y la improvisación.
El teatro espontáneo protege la semilla de la existencia a través del cuestionamiento de las ideas estatuidas del mundo, de los otros y del propio yo. Convierte el sufrimiento cotidiano en arte con sentido, es decir, favorece la legibilidad del mundo que se llama a símismo civilizado y descubre sus sinsentidos a través de metáforas teatrales donde cada cosa deviene otra. Es un enfoque que sincretiza canto, danza, poesía, música, expresión corporal, mímica, títeres, máscaras, técnicas de comunicación estética (telas, dibujos, pinturas, collages, etc.) y teatro, cuadro que comparten tanto la comedia como el drama. Recordemos que en su Poética, Aristóteles...