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Disfruto enormemente ver a mis nietas cuando corren por todas partes, tratando de atrapar las burbujas de jabón que yo les hago. Ellas están convencidas de que lograrán atraparalgunas de ellas sin reventar. Aunque, como es de suponer, por más empeño que le pongan, cuando atrapan una burbuja, ésta revienta entre sus manitas, quedando con nada más que aire.
Este juego merecordó a Salomón, el último rey de Israel, célebre por su riqueza, poder y sobretodo por la sabiduría que le fue concedida por Dios. En Eclesiastés se narra su incesante búsqueda por encontrarle sentidoa la vida.
Salomón también corrió detrás de miles de "burbujas", ni una sola de ellas quedó lejos de su alcance. Gracias a su poder, riqueza y autoridad tuvo acceso a todo lo que pueda cruzar pornuestra mente. Lo probó todo, no se le escapó nada. Literalmente lo conoció y lo tuvo todo. Sin embargo, él mismo después de haber corrido tras placeres, emociones, cosas y personas varias, después dehaberlo experimentado todo, al final la magia terminaba reventando cual burbuja, dejándolo aburrido, con un tremendo vacío interior e insatisfacción personal. ¡Nada tenía sentido!
"Y he observadotodo cuanto se hace en esta vida, y todo ello es absurdo, ¡es correr tras el viento!" Ecl. 1:14
No es raro caer en lo mismo que Salomón. Solemos correr tras "burbujas", la absurda tendencia deafanarnos para atesorar, (y terminar adorando), aquellas cosas o personas que supuestamente nos darán la satisfacción personal que tanto anhelamos; pero, lamentablemente no es así. Podemos pasar meses,años, la vida entera luchando por obtener el reconocimiento de otras personas, el mejor puesto, los mejores proyectos, la mejor casa, la familia perfecta, el cuerpo ideal, etc. Sin embargo, no podremoslograr nada de eso cuando hemos descuidado lo principal: nuestra relación con Dios.
"En realidad Dios da sabiduría, conocimiento y alegría a quien es de su agrado" Ecl. 2:26ª
Al final de su...
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