Publicidad
Según Kotler (2002, p.98) la presencia actual de todo tipo de publicidad es de tal entidad, que resulta lógicoatribuir a su poder la mayoría de los excesos o inadecuaciones en el comportamiento de los consumidores. A cualquier ser humano le es difícil sustraerse al influjo, a menudo oculto e indirecto, de unfenómeno tan masivo y omnipresente como la publicidad
Imaginemos un día normal en la vida de un ciudadano. Se levanta por la mañana, enciende la radio, y adormilado, escucha los primeros anuncios.Después, tanto a la ida como a la vuelta del trabajo, se encuentra rodeado de escaparates y vallas publicitarias. Si va en autobús, por dentro y fuera del vehículo, verá anuncios y si viaja en metro observarácada estación empapelada de propaganda publicitaria. Vuelve a casa y su buzón está lleno de reclamos y de atractivos folletos de centros comerciales con fotografías de productos en oferta. Enciendela televisión y, mientras come, recibe, uno tras otro, multitud de reclamos publicitarios. Por la tarde sale de casa y va a pasear por las calles céntricas todas llenas de comercios, escaparates yanuncios. Si entra a un gran almacén, aunque sea sólo para hacer una pequeña compra, verá todo el centro comercial lleno de invitaciones al consumo: productos con llamativos envoltorios, ofertas, personasque se le acercan para sugerirle que pruebe y, en definitiva, compre algún producto. Para llegar al lugar donde va a hacer su compra pasa por cientos de tentaciones y promociones, mientras por losaltavoces anuncian ofertas especiales y se anima al consumo. Cuando esté en casa es posible que reciba una llamada telefónica en la que, bajo la apariencia de una encuesta o de un sorteo, traten deofrecerle un seguro o un apartamento para las vacaciones. Si enciende su ordenador y entra en Internet la pantalla se llenará de anuncios, y al mirar su correo electrónico se lo encontrará también...
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