publicista


“LA FALSA JUSTICIA DEL SEÑOR JUEZ”
Alejandro Casona (España)
[TRADlCIÓN POPULAR]



PERSONAJES:
EL JUEZ
LA SECRETARIA
EL COCINERO
EL CAZADOR
EL SASTRE
EL LEÑADOR
LA RESADORA


Entran por el público el JUEZ y su SECRETARIA. Tras identificar cada uno de los deliciosos platos que acaban de disfrutar, el Juez acaba reconociendo su pecado: el chancho de monte con salsa deciruelas que han disfrutado procede de un robo. Y el cocinero Chimichurri ha sido su cómplice. La Secretaria no acaba de creerlo.
SECRETARIA.– ¡Imposible! No lo puedo creer!!! ¿Usted señor Juez, robando?
CORREGIDOR.– Es mi talón de Aquiles. Póngame delante la sonrisa de cipota hermosa o el llanto de una viuda, y me verá frio. Póngame a los pies todo el oro del mundo, y no me verá doblar la vara dela justicia. Pero no me ponga un chancho de monte con salsa de ciruelas porque estoy frito. [Levanta su copa.] ¡Por Chimichurri el cocinero, que Dios lo conserve con bien por los siglos de los siglos!
SECRETARIO.– Amén. [Chocan y beben. Se oyen fuera dos tiros, gritos lejanos y la voz de CHIMICHURRI que llega corriendo.]
Voz.– ¡Socorroooooo! ¡Salvenmeeeee!
SECRETARIO.– ¡Dios de Dios! ¿No es lavoz de Chimichurri el cocinero?
CHIMICHURRI.– ¡Me matan! ¡Piedad para un inocente! [CHIMICHURRI entra como una bala y cae de rodillas, temblando, a los pies del JUEZ.] ¡Por su alma, señor juez, sálveme! ¡Cuatro hombres me vienen persiguiendo, dispuestos a arrancarme el pellejo!
CORREGIDOR.– ¿En mi presencia?
CHIMICHURRI: Con la furia que traen son capaces de todo. [Se oye el griterío llegando ala puerta.] ¡Ahí están! ¡Soy hombre muerto si la justicia no me salva!
JUEZ.– Pronto, secretaria, detenga a esos hombres. Y que no entre nadie hasta que yo lo ordene. [Sale la SECRETARIA, cerrando la puerta. Fuera va calmándose el tumulto.] Tranquilízate, hijo mío. ¿Por qué te persiguen?
POSADERO.– Por cuatro cosas en que no tengo culpa: un robo, un mal parto, cuatro costillas rotas y un rabode burro.
CORREGIDOR.– Nunca escuché juntos tantos delitos extraños. Explícate.
POSADERO.– Lo del robo, mejor lo sabe usted que yo señor juez. Es aquel chancho de monte que me hizo traerle esta mañana. Imagínese cómo se puso el cazador cuando volvió a buscarlo y se encontró con las manos vacías.
CORREGIDOR.– – Era de esperar. Pero ¿no le dijiste que el chancho de monte se había escapado delhorno, como te dije?
POSADERO.– ¡Ni le hubiera dicho esa paja! ¡Solo agarró la escopeta jurando que me iba a dar chicharron, y si no echo a correr, a estas horas usted estaría hablando con un cadáver!
CORREGIDOR.– – Comprendo lo del cazador. Pero ¿y los otros que te persiguen, quiénes son?
POSADERO.– Es que yo soy más torcido que la cola de ese chancho de monte. Todo lo enredó mi mala suerte.Huyendo del cazador, le rompí cuatro costillas a una viejita que estaba rezando el rosario en la iglesia; huyendo de la viejita, atropellé a la mujer del sastre, que estaba embarazada; y huyendo del sastre ocurrió la desgracia más sangrienta: la del burro!!!
CORREGIDOR.– iDe qué desgracia y de qué burro hablas?
POSADERO.– El burro del leñador. Era mi única salvación para escapar, pero el malditoanimal se echó al suelo; yo quise levantarlo a la fuerza tirándole del rabo; y él que no, yo que sí, el que no, yo que si, el que no…yo que si!!! tanto tiramos los dos, que me quedé de cuajo con el rabo entre las manos. Y ahí están los cuatro como cuatro furias pidiendo a gritos mi cabeza. ¡Defiéndame, señor juez!
JUEZ.– Calma, Chimichurri, calma. Difícil es tu caso, pero soy hombre agradecido y queme den una sopa chuca o un sándwich de basura si no te salvo! Que más le valiera a la República perder sus monumentos y su historia que perder un cocinero como tú.
POSADERO.– [Besándole las manos.] ¡Gracias, señor, gracias! [El CORREGIDOR sube al estrado y agita la campanilla. Se abre la puerta.]
JUEZ.– Que pasen los demandantes. [Entra en turba, como remolino detrás de la SECRETARIA, el...