Puebla
Aunque todo parecía marchar de acuerdo a lo planeado y la revolución en el país debía estallar el 20 de noviembre de 1910. En Puebla, la situación tomó un caminodiferente.
En enero de 1910, Aquiles Serdán lanzó una convocatoria a quienes llamaba “Hijos de la Patria y el trabajo”. “Al núcleo más numeroso de la sociedad es a quien nos dirigimos para que todosaquéllos que simpaticen con el alto y sublime principio que perseguimos: Sufragio Efectivo, No Reelección, vengan a agruparse en torno de la inmaculada enseña que hoy enarbolamos y nos ayudeneficazmente a instalar el Club Anti-reeleccionista de Obreros”, se leía en el manifiesto, según lo dicho por Mariano Torres.
Varias fueron las manifestaciones y movilizaciones de obreros, estudiantes ymaderistas que se registraron en Puebla “a pesar de la mano de hierro que ejercía su gobernador, Mucio P. Martínez”.
Apoyado por pocos seguidores, y para mala fortuna de Aquiles Serdán, días antes dela fecha prevista, la revolución en Puebla se desató. Llegó a oídos de Aquiles Sedán la información de que el jefe de policía, Miguel Cabrera comenzaba una serie de cateos para tratar de encontrar lasarmas de los futuros rebeldes.
En la casa de Santa Clara, repleta de armamento que se ocuparía para el movimiento del 20 de noviembre, privaba la inquietud.
Aquiles reunió a sus más cercanoscolaboradores, a los más confiables. Gente cuyo rastro se perdió con el torbellino de la revolución: Rosendo Contreras, Manuel Paz y Puente, Vicente Reyes, Clotilde Torres, Manuel Méndez, Miguel...
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