Puebla

Quisiera empezar por agradecer la generosa hospitalidad de la Universidad Iberoamericana, magnífica sede para la realización de este tercer Foro para la elaboración del Programa Municipal de Desarrollo 2008-2011.



Mucho nos alienta que los universitarios participen activamente en la búsqueda de soluciones a los distintos desafíos que nuestra ciudad enfrenta.

Nos entusiasma definir,junto con ustedes, las acciones de gobierno que conduzcan a Puebla a ser la ciudad que todos queremos, no sólo dentro de tres años sino en un horizonte mucho más amplio. La suya es la generación que habrá de llevar a Puebla a cumplir 500 años en un marco de armonía, orden, seguridad, crecimiento y desarrollo sustentable y justo para todos sus habitantes.

Puebla es una gran ciudad. Y como todaslas grandes ciudades del planeta constituye un espacio natural, social y urbano de vinculación entre las muy distintas actividades del ser humano: el comercio y la industria, las finanzas y las comunicaciones, el transporte y la cultura, la convivencia y la cohesión social. Como núcleos de civilización y motores del desarrollo, las ciudades conforman el centro de la creatividad y la energíahumana.

Pero las ciudades deben hacer frente a grandes desafíos para convertirse en verdaderos espacios de bienestar que generen buenas condiciones de vida para todos sus habitantes.

Puebla enfrenta hoy esos retos. El más grave de ellos, todos lo sabemos, es la inequidad social. Por eso nos reunimos hoy, para iniciar un diálogo que deberá ser permanente, a fin de encontrar soluciones y,sobre todo, ejecutar acciones que hagan frente a los más grandes obstáculos estructurales en el desarrollo de una sociedad: la pobreza y la desigualdad.

En nuestra ciudad observamos hoy la ampliación de brechas sociales que se están volviendo insostenibles y que pueden tener efectos muy graves para la convivencia armónica de sus habitantes. El desarrollo social en Puebla enfrenta distintosproblemas que pueden agruparse en tres aspectos.

En primer lugar el nivel de empobrecimiento de hogares y familias ha aumentado.

En segundo lugar se ha incrementado el deterioro en la calidad de vida de la población, especialmente en el caso de las mujeres.

Y en tercer lugar hay una sociedad insatisfecha con un asistencialismo que no constituye una verdadera política de desarrollo social.Como ha sucedido en el país, Puebla padece una creciente desigualdad tanto entre familias y géneros, como en las nuevas manifestaciones de pobreza que son las que tienen que ver con el acceso a los bienes educativos, culturales y tecnológicos.

Pero la pobreza no es solo un problema de ingresos, y disminuirla no es solo un imperativo ético y moral de cualquier gobierno. La pobreza es algo más queuna carencia; es un estado de constante indigencia cuyo drama consiste en el poder deshumanizante pues coloca a mujeres, hombres y niños bajo el dictado absoluto de la necesidad.

Por ello, debemos ir mucho más allá y entender que este fenómeno es parte de una cadena mucho más amplia y compleja relacionada con el crecimiento económico, con la formación de capital humano y con la productividadde una nación, un estado o un municipio, de suerte que, para abatirla, hay que actuar en varios frentes a la vez.

Con este espíritu, proponemos una política de desarrollo social realmente integral y que cuente con estrategias, objetivos y acciones que respondan de manera global a valores de equidad, inclusión y participación.

Nuestra política social parte del concepto de seguridad protectora,que pretende superar el asistencialismo tradicional, la caridad pública o la limosna privada. No, esos gestos pueden ser apreciables como conducta individual, pero el estado tiene obligaciones mucho más graves.

La seguridad protectora busca soluciones de gran visión en los que se vinculen servicios simultáneos de salud, educación, nutrición y vacunación, así como diversos programas de...