Pueblos originarios

La tierra y la vida: los pueblos originarios argentinos.

Mackinson, Ma. Eugenia

“El individuo, y solo él, es siempre el fin último terreno de todo obrar social, de toda política. Más este fin solo puede lograrse si se reconoce la realidad de la sociedad y de su propio fin”[1], se pretende entonces reconocer que la dirección que las políticas que toma un Estado deben redundar en elbeneficio tanto de la comunidad como del hombre tomado como individuo social.

En pos de lo anterior, se pretende analizar aquellos sectores de la ciudadanía, adecuando a esta aquellos que no son reconocidos como ciudadanos, en términos meramente legales de la palabra, por el Estado en el que residen, que se encuentran excluidos de la participación política y de los beneficios que acarrea formarparte de una nación ya gestada, haciendo no solo hincapié en la importancia que juegan las instituciones tradicionales tales como el Estado, la Iglesia y la educación y sino también en la que juegan los nuevos actores definidos como los medios de comunicación de masa que, como soporte de las anteriores, han tomado una importancia notable.

Por otro lado, con el objetivo de fomentar laparticipación civil y de recuperar aquellos sectores donde los hombres perdieron espacio, se partirá del concepto de fraternidad para observar como las relaciones hombre a hombre han ido deteriorándose y a su vez consolidándose en la sociedad Argentina actual.

Será fundamental, entonces, el análisis de la actualidad subyacente a dichas instituciones por lo que la información que se extraerá delos medios de comunicación tomara fundamental importancia a fin de contrastar las recetas teóricas con la realidad práctica.

Si bien se pretende hacer hincapié en la actualidad, no se dejarán de lado ni a aquellos que desde la teoría contribuyeron a subsanar a la situación en el presente ni a aquellos, que en el pasado, buscaron unir a los hombres a fin de contribuir a crear una sociedadcomo tal.

En la actualidad nos encontramos frente a una nueva dimensión de la identidad del hombre, ya que esta implica no solo hablar de raíces, territorio, de una memoria simbólicamente densa sino que el nuevo imaginario relaciona identidad más con trayectorias y relatos[2]. En pos de esto, es que nuevos grupos sociales se forman compartiendo una trayectoria común, designada no solopor su pasado sino por las adversidades de su presente; esta trayectoria se da como fruto, tal como lo afirma Fonti, de “las experiencias constitutivas de los sujetos, experiencias que han de reconocerse en toda la complejidad de las diversas tradiciones que la atraviesan”[3]. Junto con lo anterior, se gesta un discurso de aquellos que son excluidos, ya sea por que comparten un origen común o porparticipar de una misma situación, es decir la de no “pertenecer” a la sociedad, la de encontrarse en los márgenes de la misma. Es así que el fin ultimo de la fraternidad es la de crear lazos de solidaridad entre los distintos sectores de la sociedad, cobrando importancia la posibilidad de una “fraternidad electiva, adoptada libremente, que no caiga solo en una igualdad procedimental quedifícilmente reconozca la validez de tradiciones culturales y demandas materiales”[4].

Como caso paradigmático de lo anteriormente detallado, se pueden mencionar las innumerables luchas que los pueblos indígenas argentinos han llevado a cabo por el reconocimiento de su cultura y de sus tierras, tal es el caso de las comunidades originarias en norte argentino, tanto en Formosa y Chaco como en Salta.Las leyes vigentes en Argentina, que promueven justamente la inclusión de ciudadanos en contextos de exclusión, deberían garantizar que sucesos tales como el desalojo de indígenas y su discriminación sean cosa del pasado. Tanto la ley 26.610 que “prohíbe cualquier desalojo a los pueblos originarios de sus territorios por el término de cuatro años hasta que se culmine con un relevamiento...