Pueril canto al amor
El amor viene un día
cabalgando en las cosas,
viene escondido
en el misterio de la misma brisa
y en el contorno de la misma rosa.
Y nos viene a decir, que el río
es laexpresión lineal de una quimera,
que la lluvia es un rezo
y la noche un presagio,
y nos habla de cosas tan lejanas
como de aquella niña
“que se murió cantando una mañana”.
En las noches de lunatoma el prestigio de una abuela
y nos habla de princesas,
de góndolas, de hadas,
de insospechadas tierras
y de apartados siglos.
Nos hace sentir niños con un remordimiento azul
y amar labienhechora esencia del rocío.
Y en las tardes serenas,
antes de que la sangre celestial
de algún crepúsculo
haga llorar estrellas a la noche,
nos hace sentir místicos, y amar
como las vírgenes
lassombras melancólicas del templo;
exclamar: ¡Creo en Dios!
y musitar muy quedo:
“sueño con la ilusión de ser una vez cruz,
hiel y calvario”.
¡Oh, amor! tú nos haces desear,
pensar a veces,
enla resurrección de los altares lánguidos,
soñar con una flor, con una queja,
y tras la imposibilidad de una ventana
decir que el verso es un jardín
que no se muere nunca;
que todavía hay seres enla tierra
que musican en lágrimas, en besos, en suspiros,
una sonrisa dada sin querer,
una mirada vaga,
y que, con el frágil vestido de un color,
con un perfume,
son un inacabable siglodiecinueve…
¡unánimes con las enredaderas!
¡piadosos con las alas!
¡radiantes con los lirios
y con las almas tiernas!
¡Oh amor! tú nos haces soñar
con países remotos,
con imposibles accionesde héroes rubios y helénicos…
¡ir a contar estrellas al ábaco del cielo
o escribir madrigales en el viento!
¡Oh amor! tú traes el insomnio
a nuestra almohada
en búsqueda de imágenes yformas,
de palabras, de umbrales, de sorpresas
Que ir a dejar,
Entre la fantasía,
bajo la planta leve
de la mujer amada;
aunque… a veces, nos dejes
el ingrato sabor del esfuerzo infecundo
o del...
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