Puerto rico
Si usted está buscando un agradable y alegre escape de los confines de la urbanidad o una enriquecedora fuente de estimulación para aplacar sus ansiasculturales y de entretenimiento, Puerto Rico es un destino que no debe dejar escapar. La isla tiene lo mejor de ambos mundos, el natural y el urbano, que se entrecruzan y potencian mutuamente. Aunque la vida citadina es lo bastante frenética para hacerle olvidar que las aguas azules y la arena caliente le rodean, viajar unos cuantos kilómetros hacia el interior o hacia la costa puede fácilmentehacerle olvidar que está rodeado de desarrollo y urbanización.
Podemos comenzar en las playas de Isabela, donde nos espera William “Chino” Sue-A-Quan, profesor de surf. “Puerto Rico es sede de campeonatos internacionales y hay un buen ambiente sofístico en la isla. Tenemos una gran variedad de playas y vientos y aguas tibias con olas de buen tamaño, ideales para surfear”, nos comenta William.Laescuela ofrece clases, alquiler de equipo y transporte a las distintas playas. Usted tiene que poner el entusiasmo, practicar la posición de piernas y cuerpo, el salto y el balance y después de unos cuantos chapuzones, empezará a sentir las delicias de deslizarse sobre las olas.Para reparar energías podemos parar en Villa Montaña Beach Resort, residencias privadas donde suele hospedarse el cantanteRicky Martin, con spa y masajes con hierbas naturales y aromaterapia, y un buen restaurante junto al mar.
La gastronomía puertorriqueña es famosa por su sabor; no deje de probar las alcapurrias, los sorullos de maíz y bacalaítos, acompañados de bebidas típicas, como la piña colada, frappé de mango y ron.Por la tarde, nos encontramos con Michelle Barker y su marido, americanos enamorados dePuerto Rico, que formaron, hace 11 años, una tropa de 35 caballos, la mayoría de origen puertorriqueño y de paso fino, para hacer cabalgatas y paseos. Cabalgar por colinas y playas es un verdadero privilegio, acompañados por el jinete Rey, conocedor de caballos y caminos.Por la noche, el coquí, la famosa ranita, símbolo de Puerto Rico nos deleita con su especial croar: “coquí…coqui”, mientras elaroma de las flores, recuerda la canción “Tu bien lo sabes, capullito de Alelí.” Los flamboyanes, árboles símbolo de Puerto Rico, adornan con sus brillantes colores azul, rosa, naranja… un verdadero arco iris floral.
Al día siguiente, podemos adentrarnos por el Parque Seco de la Guánica. Francisco Justino, guía certificado comenta que hay más de 10 bosques de áreas protegidas; entre losprincipales está el bosque tropical de El Yunque y el Parque Seco, declarado en l981, por la Unesco, Reserva de la Biosfera, por ser un modelo de bosque seco en el mundo.Pueden apreciarse más de 40 tipos de aves, hay también sapo conchos y magueyes gigantes, cactus, y el maravillo guayacán, árbol que alcanza los 400 años, por su lento crecimiento, y cuyas hojas son medicinales.En Joyuda, mientrascontemplamos la isla Ratones, se puede saborear la gastronomía de la zona en varios restaurantes muy bien habilitados, como el restaurante Vista Bahía. Lo recomendado allí es el mofongo de currucho (concha marina) acompañado de tostones.Por la tarde, podemos ver el campo de golf del Club Deportivo del Oeste, preferido del campeón Chichi Rodríguez, por el verdor de sus hoyos. “El Club tiene becas...
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