PUIGGROS IMAGINACI N Y CRISIS EN LA EDUCACI N LATINOAMERICANA
Capítulo 1. La educación latinoamericana como campo problemático.
Educación política en el fin de siglo latinoamericano
La educación ha tenido enormes dificultades para ser aceptada como un campo de problemas con entidad propia. Todas las corrientes idealistas la han incluido, de una u otra manera, en el terreno de lafilosofía. El positivismo la declaró un hecho social y la refundó como sociología de la educación. El funcionalismo norteamericano la vinculó a la economía. Los discursos marxistas dudaron en considerar la educación un reflejo o una manera de ser de la ideología, un instrumento del Estado para la reproducción del orden social o una extensión de los mecanismos reproductores de la estructura de lasociedad.
En ninguna de las posiciones mencionadas se definen los problemas específicos de la educación, lo cual colabora con la subordinación práctica de los programas educativos a finalidades puntuales de tipo político, ideológico o económico. La educación pierde su carácter prospectivo y queda limitada a los requerimientos más inmediatos.
(…) Ante la crisis del estado no son capaces de crearparadigmas políticos-pedagógicos superiores.
Uno de los síntomas de la crisis es la vuelta al localismo y fragmentación de los lazos políticos-culturales que mantuvieron a las masas populares articuladas al Estado. El localismo y la falta de solidaridad social regresan hoy como producto de la balcanización de las estructuras centrales, de la descentralización paulatina de las partes más rentables delsistema educativo estatal en instituciones para élites. Otro síntoma es la pérdida del sentido histórico. Existe una pérdida real de la memoria, que incide en la formación de una juventud sin lazos culturales conscientes con su pasado y, por lo tanto, sin perspectiva necesaria para proyectar un futuro.
Los movimientos pedagógicos latinoamericanos de los últimos años carecen también de esa miradaque permite al educador buscar la felicidad presente del niño, a la vez que procurar la formación educativa de quien vivirá el mundo del futuro. El pragmático latinoamericano actual está vacío de la idea constructivista de un John Dewey, que veía en el juego la felicidad actual y el proyecto de mañana. Los valores, los fines, las idealizaciones que, con diferentes contenidos, desplegaron enenunciados pedagógicos los espiritualistas, los liberales radicalizados, los socialistas, los libertarios racionalistas en las primeras décadas de este siglo, parecen no haber dejado rastros en los discursos pedagógicos actuales. Ni siquiera el educacionismo del normalismo latinoamericano, plagado de positivismo, pero convencido de la posibilidad de la nación, tiene hoy vigencia.
La autora proponealargar la mirada hacia el pasado y hacia el futuro, como un ejercicio difícil, improbable, pero, como todo movimiento de traspaso de lo inmediato, revolucionario. Proponemos abandonar la retórica que nos envuelve, como siempre, en los momentos de decadencia de las viejas pedagogías. Se trata de escuchar las preguntas más frecuentes y aparentemente sencillas de los estudiantes, de los padres y de losmaestros. Tal vez descubramos que son nuestras propias preguntas las que, al carecer de respuesta, hemos llenado de palabras huecas.
La mítica esencia de la educación.
La postura epistemológica, desde la cual se encara el problema de la educación, es decisiva para la generación de teorías pedagógicas. Estas son construcciones discursivas que organizan, consciente o inconscientemente, lasprácticas educativas. Hay dificultades para explicar ese fenómeno o conjunto de fenómenos que usualmente se denomina educativo o pedagógico (no haremos la distinción entre ambos términos en este trabajo) en su especificidad y no deductivamente, a partir de premisas de disciplinas que atienden otros problemas.
El camino habitual de los pedagogos latinoamericanos del siglo para buscar una respuesta ha...
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