Acabo de ver el documental Punk Attitude y lo recomiendo a cualquiera que guste de la música. En resumen, y como el propio título sugiere, el punk es mucho más una actitud que un género ensí. La diversidad de músicos que han sido catalogados como punks es tal que muy honestamente pienso que cualquier alma rebelde ha tenido su banda y su canción favorita en este escurridizo género.Y aunque no todos terminamos con mohicanas verdes, chamarras negras y seguritos en la nariz -como tampoco fue el caso de la mayoría de los músicos- no dudo que todos tengamos un punk interno.Cada vez que se ha experimentado el hartazgo y el resentimiento social, el complejo de ser pobre, la urgencia de gritar e insultar, la necesidad de asustar a un mundo aterrador, la impotencia yla frustración que la movilización política provoca con su compra de conciencias y su línea de pensamiento, la claustrofobia ideológica y religiosa, la repulsión ante las masas decerebradas,cada vez, se ha sido punk. Nada más vigente que el punk, y nada más trasnochado a la vez. Porque da la impresión que en la actualidad se ha restringido todos estos sentimientos a la esferaexclusivamente individual: enójate solo, rebélate solo y emancípate solo. El nihilismo y el individualismo, combinados entre sí, no son el terreno fértil para una orgía de humanos indignados. Peronecesitamos esa orgía, ciertamente nos resultaría más creativa que la carnicería que atestiguamos a diario. Necesitamos revalorar el odio que llevamos dentro para lograr expresarlo sin complejos,me refiero a nosotros: la clase media taimada que no se anima a ir a la guerra pero que no ha logrado detenerla, que lee blogs como este y que, mientras vive en solitario la impotencia, lafrustración y la indignación de las que ya hablé, tolera toneladas de injusticia social y se consuela de que ésta no ha tocado a su puerta.
El punk es una actitud que vale la pena reconsiderar.
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