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Las cartas están echadas en Venezuela. El domingo 10 y el lunes 11 cumplieron con la formalidad de chocar los guantes en el centro del ring las únicas dos opciones posibles para el país de Bolívar.La primera con un mensaje de inclusión y de cambio. La segunda con el mismo mensaje de siempre. Mas de lo mismo. Es como si el país estuviera en el inicio de la campaña para las elecciones de1998.

La opción más favorable para el país es una sola y está ahí. Solo hay que respaldarla mayoritariamente en un proceso de un solo día, legal, sin odio, sin grandes sacrificios, sin sangre, sinjuicios a quienes intervengan, sin censura; simplemente asistiendo a un Centro de Votación, esperando su turno y depositando un voto. Sin embargo, aun persiste el coro de algunos queirresponsablemente incitan a los demás, porque ellos no piensan arriesgarse, a buscar salidas propias de perdedores, cuando LA BANDANA de ganador está a la vuelta de la esquina. Solo hay que tener paciencia, serpersistente y ser en cierto modo “levemente” valiente. Un poquito valientes para arriesgar las comodidades de cargos, prebendas, facilidades y posición económica. Algo así como ser buen ciudadano. Talvez como ser un ciudadano consciente, normal. Nada del otro mundo.

Pero no es fácil. Tal vez las secuelas de los cuarenta años de Democracia al estilo venezolano, unidas a las de los catorceaños de Democracia al estilo chavista, han hecho mella en los venezolanos. La sangre que corriera por nuestras venas en otras épocas pareciera haberse transfundido en el crisol de razas en el que nosconvertimos. A lo mejor los genes también mutaron y de justicieros, guerreros indómitos, luchadores por la libertad y defensores de La Patria nos convirtieron en escépticos espectadores de la agonía deVenezuela a manos de los filibusteros del siglo XXI.

El domingo 10 de junio, muchos venezolanos se sintieron desde ya ganadores de la contienda. El río de gente que acompañó a Capriles hizo el...