¿Qué Es La Critica? Un Ensayo Sobre La Virtud De Foucault
En este ensayo abordaré la obra de Foucault, pero permítaseme comenzar sugiriendo un interesante paralelismo entre lo que Raymond Williams y Theodor Adorno perseguían cada uno a su manera bajo el nombre de «crítica» [criticism] y lo que Foucault buscaba comprender como «crítica» [critique]. Estoy segura de que parte de la propia contribución de Foucault a la filosofíapolítica progresiva, y de sus alianzas con ella, se verán de forma clara en el curso de esta comparación.
Raymond Williams se preocupó por el hecho de que la crítica se había reducido excesivamente a la noción de «descubrir errores»,[1] y propuso que encontrásemos un vocabulario para los tipos de respuestas que tenemos, en concreto para las obras culturales, «que no asuman el hábito (o el derechoo el deber) del juicio». Lo que reclamaba era un tipo de respuesta más específica que no se apresurase a generalizar: «Lo que siempre es preciso entender es la especificidad de la respuesta, que no es un “juicio” sino una práctica».[2] Creo que esta última frase marca también la trayectoria del pensamiento de Foucault sobre este asunto, ya que su «crítica» no es una práctica que se reduzca a dejaren suspenso el juicio, sino la propuesta de una práctica nueva a partir de valores que se basan precisamente en esa suspensión.
De manera que, para Williams, la práctica de la crítica no es reductible a alcanzar juicios (y expresarlos). De forma significativa, Adorno reclamaba algo semejante, cuando escribía sobre «el peligro [...] representado por una acción mecánica, puramente lógico-formal yadministrativa, que decide acerca de las formaciones culturales y las articula en aquellas constelaciones de fuerza que el espíritu tendría más bien que analizar, según su verdadera competencia».[3] Así que la tarea de desvelar estas constelaciones de poder se ve impedida por la precipitación de un «juicio mecánico» como forma ejemplar de la crítica. Para Adorno, esta manera de operar sirve paraimponer una escisión entre la crítica y el mundo social a nuestro alcance, en un movimiento que revoca los resultados de su propia labor ya que constituye «una renuncia a la práctica material».[4] Adorno escribe que «[la] propia soberanía [del crítico o de la crítica], la pretensión de poseer un saber profundo del objeto y ante el objeto, la separación entre concepto y cosa por la independencia deljuicio, lleva en sí el peligro de sucumbir a la configuración-valor de la cosa; pues la crítica cultural apela a una colección de ideas establecidas y convierte en fetiches a categorías aisladas».[5] Para que la crítica opere como parte de una «práctica material», según Adorno, tiene que captar los modos en que las propias categorías se instituyen, la manera en que se ordena el campo de...
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