QUÉ ESTA ASFIXIANDO LA CREATIVIDAD EN COOLBURST
tampoco había disfrutado todos los días de vacaciones que había ido acumulando a lo largo
de 15 años en CoolBurst, una empresa de zumos de fruta con sede en Miami. Desde que la
nombraron DG parecía que vivía en la oficina. El trabajo la estimulaba y tenía grandes
planes para el futurode la empresa, aunque primero tenía que volver a ponerla en el buen
camino.
El hijo mayor de Reboredo, Alfonse, que ya tenía 18 años de edad, tuvo que suplicar e
implorar para que su madre fuera con él al popular festival artístico de Miami que se celebró
al aire libre un sábado del mes de mayo. Luisa había estado trabajando regularmente los
fines de semana,utilizando el tiempo para estudiar con detenimiento los libros de CoolBurst
en un intento de descubrir por qué los ingresos anuales se habían quedado estancados en
30 millones y por qué los beneficios no habían aumentado durante cuatro años seguidos.
Finalmente, los dos llegaron a un acuerdo: Luisa asistiría al festival de arte por la mañana y
pasaría el resto del día en la oficina.Llegaron a las 10 de la mañana y el sol ya daba de plano en los terrenos donde se celebraba
el festival. Alfonse, casi 30 centímetros más alto que Luisa y estrella del baloncesto del
Southwest Miami High, rodeó a su madre con el brazo. «Mamá, esto es genial, tendrías que
salir más a menudo», le dijo como cantando. «Te estás perdiendo todo lo bueno de la vida
metida en esaoficina».
Luisa suspiró. Criar a Alfonse ella sola no había sido fácil y ahora que había alcanzado el
punto más alto de su carrera profesional y podía pagar cómodamente los estudios de su hijo
en la universidad, lo último que quería era que la empresa que había ayudado a crear se
hundiera debajo de ella. Pensar en la actuación estancada de CoolBurst de repente le hizo 2
sentirsetensa. ¿Por qué no crecía más CoolBurst, se preguntaba? Durante más de una
década, había sido el fabricante de zumos con más éxito del sudeste. Casi todos los
institutos de Florida, Georgia, Alabama y Carolina del Sur tenían una máquina expendedora
de CoolBurst en su cafetería y miles de restaurantes tenían en sus menús los zumos de
manzana, uva yarándano de CoolBurst. En realidad, CoolBurst había crecido tan firmemente
durante años que la casa matriz, un conglomerado con sede en Chicago, rara vez interfería
en sus operaciones. Sin embargo, últimamente Luisa había estado recibiendo llamadas
semanales de los jefazos de Chicago, preguntando por las previsiones presupuestarias,
gastos, y cambios de personal.«¡Mamá, deja de pensar en el trabajo!», le gritó Alfonse interrumpiendo así los pensamientos
de Luisa. «¡Deberías ver la expresión que tienes en la cara!»
Luisa intentó sonreír pero, en cambio, se encogió de hombros. «Lo siento, Alfonse», dijo.
«Vamos a echar un vistazo».
Su hijo no lo dudó un instante y se encaminó con ella hacia una carpa donde exponía sus
obras un pintorlocal que les gustaba mucho a ambos. Entonces Alfonse se paró un
momento. «Espera un segundo, mamá», dijo «déjame coger un refresco, me muero de sed».
Alfonse se dirigió precipitadamente hacia un hombre que vendía refrescos con un carrito
unos cuantos metros más allá. El carro estaba protegido del sol por una gran sombrilla que
lucía este eslogan: ¡DESTRUYE TU SED!BEBE UN THIRST SMASHER. Un momento más
tarde, Alfonse regresó destapando una botella de cristal rojo con forma de cohete.
«¡Alfonse!» gritó sofocada Luisa. «¿Cómo puedes?»
«¿Cómo puedo qué?» respondió Alfonse, algo irritado.
«Por aquí no puedo comprar un CoolBurst aunque lo intente, mamá. Supongo que debería ir
corriendo hasta el instituto, pero no sería conveniente.»
«Además todo el...
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