Que es evangelizar
VIVIR Y ANUNCIAR A JESUS
Nunca se vio la humanidad tan sobrecogida y agobiada por los problemas como se encuentra hoy. La Iglesia también, además de tener que solidarizarse con todos los sufrimientos de los hombres, ha de sobrellevar la carga de sus propias tribulaciones y dificultades de tipo interno, algunas de las cuales reclaman soluciones urgentes.
?En losúltimos años hemos dedicado mucho tiempo y energías a estudios y planteamientos en busca de soluciones, y en ciertos momentos nos puede haber parecido llegar a un callejón sin salida.
?En la experiencia del propio fracaso y de nuestra impotencia, lo mismo que ante cualquier situación límite, es cuando podemos llegar a descubrir la verdadera solución. La tenemos siempre a mano, pero ocurre que, o hayresistencia en nosotros a aceptarla como tal, o la dejamos relegada en espera de otras. Esta solución no puede ser otra más que Aquél que fue constituido "piedra angular", rechazada por los constructores, Cristo Jesús, y no tenemos otro nombre por el que podamos ser salvos (Hch, 5,12).
Para los que consagramos nuestra vida al Reino de los Cielos, y en general, para el cristiano empeñado en lacausa de ser discípulo y testigo de Jesús, el problema número uno de su vida es vivir o no vivir a Jesús. Se puede consagrar toda una vida al ministerio o al apostolado, y no llegar a vivir a Jesús, es decir, no llegar a llevar una relación de amistad con El, y entonces es fácil convertirse en mero ejecutor, o en un funcionario más. Este fenómeno se está dando hoy en muchos cristianos, y hasta enpersonas que gozan de buena reputación.
Nuestra relación de identificación con el Señor, o mejor nuestro enamoramiento de El: esto es decisivo para la construcción del Reino. Así dicho, parece una visión simplista de los problemas, y será difícil convencer a muchos de que éste es el problema primero. Se dará por supuesto que ya está solucionado, o que la cosa no es tan grave. Pero veamos siexiste la verdadera paz interior, aquel gozo (Jn 16.22-24) que prometió Jesús a los suyos, el ímpetu y la valentía (Hch 4. 29) ante la obra del Reino, la fuerza espiritual que necesitamos no sólo para nosotros mismos, sino también para los demás. Si todo esto no se da en nuestra vida, es que la luz que hay en nosotros se ha convertido en oscuridad (Lc 11,35).
Para que todo sea luminoso ennuestra persona, para que sea el Espíritu el que realice en nosotros la salvación, para que no sean pura mecánica nuestra oración o nuestra administración de sacramentos, sino algo lleno de Espíritu y de experiencia de Dios, para que el hombre que viene a nosotros se sienta liberado de la desesperación, del odio, del miedo, y reciba esperanza, luz y seguridad, hace falta tratar con el Señor en plan desinceridad e intimidad, llegar a centrarse en El hasta donde nos quiera llevar su Espíritu.
Solamente el Reino es absoluto y todo el resto es relativo, escribió un día Pablo VI. Nuestro absoluto no puede ser o el trabajo, o la familia, o la tarea que realizamos por muy santa que sea, o la dedicación a los demás.
?Más que las cosas que hacemos, interesa cómo las hacemos, cuál es el alma y elespíritu de mi oración y de mi acción.
Tan sólo es posible convencerse de esto por la acción del Espíritu. Nadie puede llegar a Jesús si el Padre no le atrae (Jn 6.44). Nadie puede decir "¡Jesús!" con valor de salvación si no es por la fuerza del Espíritu.
El cristianismo es Jesús, la fe es primordialmente aceptar a Jesús. El cristiano no es nada si no vive y anuncia a Jesús.EVANGELIZACIÓN
Y RENOVACIÓN CARISMÁTICA.
Por el Cardenal L. J. SUENENS
Habiendo venido a Madrid para participar en nuestra III Asamblea Nacional, el Cardenal L. J. Suenens dio el 13 de octubre en el Colegio Calasancio una importante conferencia sobre el tema de la evangelización y la R.C. Ofrecemos a continuación una condensación de todo su contenido, como un autorizado planteamiento del...
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