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Jubilacion por fin

Cuando la mision de las mujeres era en la casa, cocinando y planchando, si el marido se jubilaba, lo recibian como el maximo de los estorbos y se pasaban el díainventando quehaceres para que se fuera al parque , pero todo cambio cuando ellas decidieron salir a trabajar
Hacia mediados del seglo pasado, cuando las mujeres todavia eran consideradas unas personitas cuya mision en la vida era servir al marido, cuidar a los niños, lavar pañales, limpiar los vidrios, regar el pasto, hacer las compras, pasar el plumero, planchar las camisas, remedar las sabanas,secar las toallas, colgar las cortinas, arreglar las bombillas, zurcir calcetines, soportar a las flacas y espantarse la angustia escondida en un closet. Quienes se jubilaban eran los hombres. ¿No ves que ellas no trabajaban? En aquel tiempo de profundas desigualdades yo no estoy diciendo que ahora sea mucho mejor la cosa, pero por dios que se ha progresado. Llegaba un momento en el que el maridoanunciaba bastante compungido la mayoria de las veces, su intencion de jubilarse. La mujer entonces lo recibia como el maximo de los estorbos y pasaba el día inventandole quehaceres para que se fuera al parque, a pasear a la plaza, a comprar enchufes, a tomarse un trago con un amigo… lo que fuera, con tal de no tenerlo metido en la cocina con esa cara de vago. Por alla por los 70´s, las mujeresya habian salido de sus casas y las cosas sufrieron un cambio importante. Al marido jubilado nadie lo miraba con cara de asco, ni lo trataba como a un quiltro (*sal de la cocina, te digo, por que diablos no te alquilas cualquier piso por ahí y lo usas de oficina*). Nadie lo andaba amenazando con buscarse a n mhombre mas joven, porqu aun jubilado no se le mueven ni las mechas (*y que voy a hacer yocon un viejo con la pata a medio estirar*). Nadie le andaba haciendo preguntitas cargantes, como ¿no tienes nada interesante que hacer hoy a los 20 kilometros de la casa? *o* ¿Cómo es que Matias Herrera tiene 79 años y los mas bien que sigue construyendo puentes? Nadie lo insultaba y lo miraba de menos por la sencilla razon de que en la casa no habie nadie. La señora andaba trabajando y como erabastante menor que el, no pensaba jubilarse todavia… ademas, una vez que una le toma el gusto a la libertad. ¿Quién va a llevarla presa de nuevo? Entonces el marido jubilado se encargaba de tener una cena preparada a su mujer, le planchaba una que otra prenda, sacudia el polvo, regaba el pasto, y entre una y otra cosa, el pobre hombre hacia de su vida un asunto mas o menos grato. Pero siempre a laespera de que la señora se jubilara, por fin, para que juntos pudieran subirse a un crucero, ir a las montañas, volver a paris o simplemente sentarse en la terraza al atardecer, para sacar la cuenta de los muchos años que han vivido juntos y concluir que, sumando y restando, todo valio la pena. Hasta la flaca de la esquina. En ese estado de cosas se encontraba el matrimonio de mi ia eulogia;Roberto se habia jubilado hacia 5 años, la flaca de la esquina andaba dando vueltas al mundo con un nuevo amante, que no tenia ni barriga, ni tics nerviosos, y mi tia seguia trabajando en el banco. Por las noches regresaba a la casa rendidad, cosa que no era tan grave, Roberto habia preparado la comida, regado el pasto y limpiado la cocina. Y entoonces ella lanzaba al aire los zapatos apretados, secalzaba unas comodas pantuflas y luego se sentaba frente al televisor, on la bandeja en la falda, y comia mirando las noticias. –Te noto muy cansada; ¿quieres que lave los platos?- le ofrecia Roberto y ella siempre decia que bueno. La vida, mal que mal, le sonreia mucho mas ahora que antes Roberto colaborado en todo. Se aburria tanto durante el día, solo en la casa, que siempre estaba encantado de...