Que hacer con el resto de la clase
naturaleza de las actividades de
enseñanzaaprendizaje
“¿Qué está haciendo el resto de la clase?” Esta pregunta,
planteada a menudo, sigue desconcertando a los maestros cuando
se centran en enseñar a un grupo reducido.
Brian Cambourne
Los maestros son coleccionistas empedernidos. Coleccionan bobinas de algodón, cilindros de cartón y cartones de huevos; hacen cola en las conferencias para recoger
pósteres, panfletos, diagramas y otros artículos de regalo con información impresa.
Ahora bien, es importante tener presente que los maestros también coleccionan
elementos más sustanciales. Aunque es posible que muestren un interés especial por la
parafernalia material para decorar sus aulas, lo que coleccionan principalmente son ideas. Buscan constantemente una nueva idea o “forma de hacer las cosas” para que el
aprendizaje en sus aulas sea incluso más eficiente y eficaz y muchas de estas ideas
dependen de la promoción y mantenimiento del aprendizaje independiente. El número
de libros profesionales, escritos específicamente para saciar la sed de los maestros de actividades e ideas buenas y prácticas que funcionen, ha alcanzado proporciones
astronómicas.
Esta búsqueda de actividades ha aumentado aún más debido a los avances recientes en
la enseñanza de la lectura, especialmente con relación a la lectura guiada (Fountas y
Pinnel, 1998). Aunque los detalles sobre cómo debería llevarse a cabo la lectura guiada
podrían variar en función de la clase, esta actividad siempre exige que el maestro dedique toda su atención a un subgrupo reducido de la clase completa. La lectura guiada
presupone que el resto de la clase estará ocupado haciendo algo de provecho mientras la
atención del maestro está totalmente centrada en un grupo reducido que participa en la
lectura guiada. Esta suposición resalta un problema al que se enfrentan los maestros y
los sistemas escolares desde que comenzó la educación formal:· ¿Cómo puedo enseñar a más de un alumno a la vez?
· ¿Qué puedo hacer para garantizar que el resto de la clase aprende de forma
productiva mientras mi atención y energía están centradas en las necesidades de
aprendizaje de solo unos pocos?
A primera vista puede parecer que estas preguntas reflejan una falta de conciencia sobre la dinámica de la organización de una clase, que en la mayoría de los casos se
solucionará con la experiencia. A fin de cuentas, ¿acaso la mayoría de maestros no
aprenden a solucionar este problema dándoles a aquellos alumnos que no necesitan su
atención o conocimientos “cosas que hacer” que creen que fomentarán el aprendizaje?
Con frecuencia, estas “cosas que hacer” tienen denominaciones específicas y, por
ejemplo, consisten enactividades para hacer sentados, centros de aprendizaje, ejercicios
estandarizados, hojas de ejercicios, o juegos educativos.
© 2001 National Council of Teachers of English. Traducido y reimpreso con permiso.
Para más información, visite www.ncte.org
¿Por qué estudiar actividades de enseñanzaaprendizaje?
La necesidad de “cosas que hacer” es cada vez más apremiante a medida que los responsables políticos de países como Australia, Estados Unidos y el Reino Unido
adoptan el mantra de “enseñar a leer de forma explícita y sistemática”. Este mantra ha
dado lugar a mandatos que afectan a todo el sistema que obligan a que estrategias
educativas, como la lectura guiada, el bloque horario o la ortografía individualizada, se
realicen habitualmente en todas las clases. Cuando pregunto a maestros sobre las cuestiones asociadas a la enseñanza de más de un
alumno a la vez, me dicen que las actividades de enseñanzaaprendizaje son muy
importantes en las clases de alfabetización por dos razones:
· Constituyen la estrategia principal que los maestros tienen a su disposición para
“liberarlos” de forma que puedan dedicar su energía y atención a los alumnos ...
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