que leen los sordos
Hace ya unos años, en un pequeño país sudamericano de rica tradición letrada, me presentaron una joven sorda, apasionada lectora de novelas y poesías (demás está decirlo; precisamente por eso me la presentaron). Con la intermediación de una intérprete, conversamos larga y animadamente acerca de las obras de varios autores latinoamericanos. Habíaleído a García Márquez, Vargas Llosa, Cortázar y Borges, entre otros, y en relación con sus obras tenía opiniones muy interesantes. Obviamente, se trataba de una lectora competente. Sus inteligentes comentarios no dejaban lugar a dudas acerca de su capacidad de apreciación literaria. Pero ¿qué de su sordera?.
Durante nuestra conversación, la intérprete se esforzaba por expresar en español, conlas palabras apropiadas, las complejas apreciaciones que sobre los diferentes textos emitía mi joven interlocutora. Pero cuando vacilaba en la traducción, buscando la palabra adecuada, ¡la supuesta sorda acudía en su ayuda, deletreándole con las manos la palabra que faltaba!... Aparentemente, nadie se había fijado en ese “detalle”, pero de haberlo hecho, lo más probable es que hubiese sidointerpretado como una muestra evidente de la capacidad de la persona sorda para superar cualquier escollo…
No tuve o no quise tener la oportunidad de comentar el episodio con quienes me habían presentado a la joven lectora. No quise correr el riesgo de ser percibido, una vez más, como un escéptico de oficio, habiendo experimentado en carne propia el rechazo, cuando no la abierta animadversión de quienesno quieren oír lo que no quieren oír. Es que pareciera que se necesitan ejemplos vivos de que los sordos sí pueden aprender a leer como durante los años de predominio oralista los educadores se empeñaron en mostrar que los sordos sí podían aprender a hablar y que es cuestión de buscar el método para que puedan hacerlo.
En ese empeño han pasado los últimos cien años y más, pretendiendo que lossordos aprenderán a leer cuando puedan hacerlo igual que los oyentes. Pero así piensan se equivocan doblemente: primero, al pensar que para aprender a leer los oyentes aprenden primero a reconocer las letras, luego aprenden a unir esas letras para reconocer las palabras, y seguidamente aprenden a encadenar las palabras para reconocer oraciones; y segundo, al pensar que los sordos tendrán querecorrer ese camino, por lo que suponen que la alfabetización es una condición sine qua non , que en una u otra forma, los sordos tendrán que llegar a conocer el principio fundamental de todo sistema de escritura alfabético, conocer que cada grafía representa un fonema y que cada fonema puede ser representado por una o más grafías. Y aquí, una vez más, caemos en el terreno del absurdo: ¿cómo podríaalguien que no oye los sonidos, aparearlos con letras?.
LA ALFABETIZACIÓN Y LA CONCIENCIA FONOLÓGICA
En el proceso de alfabetización inicial, tal como fue descrito por Emilia Ferreiro en niños normalmente oyentes, la conciencia fonológica constituye un momento crucial. Entendemos la conciencia fonológica como el conocimiento de los aspectos sonoros del habla, y es ese conocimiento el quehace posible que los niños oyentes, a partir de cierto momento del proceso de alfabetización inicial, puedan relacionar las grafías de la escritura con elementos sonoros del habla, como son la sílaba y el fonema. Así, la adquisición de la conciencia fonológica marca el límite entre las dos grandes etapas de dicho proceso, siempre de acuerdo con la descripción que del mismo hace Emilia Ferreiro: laetapa prefonética y la etapa de fonetización de la escritura.
Tiempo perdido ha sido y sigue siendo la pretensión de extrapolar al ámbito de la sordera el tema del conocimiento fonológico, conocimiento necesario, que ocurre inevitablemente en el transcurso del proceso de alfabetización inicial en el caso de todos los oyentes, pero que no es en modo alguno suficiente para garantizar la...
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