¿Que me duele de México?

Hace años pensábamos que la violencia era grave. Habían asesinado al hijo de un conocido empresario y sumidos en la indignación nos vestimos de blanco y salimos a marchar exigiendo justicia,abarrotamos el Zócalo, encendimos veladoras y entonamos el Himno Nacional. Las autoridades parecían escuchar, se organizaron foros y se comprometieron a que las cosas cambiarían. Hasta hoy ninguno de losque habitamos este país ha visto un cambio.

Lo que ha pasado en las últimas semanas en México ha rebasado todos los límites imaginables. No hay palabras para describir la depresión con la que todoslos días me levanto para ver un día más los titulares de los periódicos que reflejan la difícil realidad en que vivimos.

La culpa no es exclusiva de políticos sino de toda una sociedad que no supoexigir a tiempo un cambio y que cuando “llegó” tampoco supo exigir que se viera reflejado. No hemos sabido, como mexicanos, valorar lo que tiene este país e interesarnos en su desarrollo. Laindiferencia de la sociedad actual es consecuencia de un gobierno sobreprotector y patriarcal que acostumbró a sus ciudadanos a estirar la mano y pedir; pero también es consecuencia de aquellos que, bieneducados, no hemos hecho lo suficiente para llevar los gritos de exigencia a retumbar en la mente y corazones de los demás.

Pareciera ser que la sociedad mexicana había estado desconectada de la realidadque se vive, salvo en algunos casos donde desafortunadamente la realidad terminó por alcanzarnos. ¿Vamos a esperar a que la realidad nos alcance?

El discurso de los políticos está agotado, nos losabemos. Hemos escuchado demasiadas veces, de inicio a fin, que el Gobierno Federal condena “enérgicamente” lo sucedido; sabemos que el PAN culpará al PRI de lo que pasa en sus estados; no tardaremosen escuchar que el gobierno estatal le echa la culpa al municipal. La situación actual ha superado a los políticos que hemos votado y que en un acto de incongruencia e hipocresía juraron velar por...