Que nos mueve
QUÈ ENS MOU? 6 VALORS A DEBAT
ÍNDEX
La felicitat Joan Corbella Quatre textos per saber-ne més Ser presumido (sé lo que quiere parecer). Xavier Rubert de Ventós Fortalesa d’esperit. Francesco Alberoni Aprendre a viure. José Antonio Marina L’exercici del pensament. Claude Lévi-Strauss.La llibertat Josep Maria Esquirol Quatre textos per saber-ne més Fenomenologia i existencialisme. Jean- Paul Sartre Sobre la llibertat. John Stuart Mill Dos conceptos de libertad. Isaiah Berlin Sobre las libertades. John Rawls
La igualtat Josep-Maria Terricabras Tres textos per saber-ne més La necessitat de valors preferents. Josep-Maria Terricabras Justícia versus llibertat. Josep-MariaTerricabras De la virtut superior dels oprimits. Bertrand Russell
El valor humà de la pau Lluís Maria Xirinacs Quatre textos per saber-ne més La no-violència en la pau i en la guerra. Mohandas Karamchand Gandhi Antídots de la por . Martin Luther King Teoría de la justícia. John Rawls Pròleg a Mahatma Gandhi, de Romain Rolland. Francesc Macià
La democràcia Ferran Sáez Mateu Quatre textos persaber-ne més La comunicació en democràcia. Jordi Berrio Què és la ciutadania?. Dominique Schnapper Qué es la democracia. Giovanni Sartori El crepuscle de la democràcia. Ferran Sáez Mateu
És un valor la solidaritat? Josep-Maria Terricabras Tres textos per saber-ne més La justícia i la solidaritat. Norbert Bilbeny La solidaridad. Victoria Camps Solidaridad. Richard Rorty
SER PRESUMIDO (SÉ LO QUEQUIERES PARECER) Xavier Rubert de Ventós
«¿Quisiste? , ¿sentiste? , ¿gozaste? , ¿consentiste?» Ése era el tipo de preguntas que nos hacían los jesuitas cuando confesábamos un mal pensamiento o una mirada impura. Pronto aprendimos así que lo importante no era tanto el acto realizado, ni, por supuesto, sus consecuencias, sino el consentimiento o intención con que lo habíamos realizado. «¿Por quéacusa X?», «¿por qué investiga ahora Z?», «¿lo sabía o lo consentía X?», es también el tipo de preguntas que leo a menudo en la prensa política y que no pueden contestarse sin apelar a toda la sutileza de aquellos finos casuistas, artistas de los «distingos», poceros del alma humana. Y quizás sí, quizás un poco de hermenéutica de confesionario va siendo necesaria para compensar esa bacanal de «razonesde Estado» y «éticas de la Responsabilidad» que cundió en la vida pública. Una precisión se hace necesaria para justificar lo que acabo de decir. En la escena democrática no decide tanto el tribunal de la Conciencia (de la buena o mala voluntad) como el de la Representación: de la eficaz y verosímil representación escenográfica del conflicto de intereses e ideales que constituyen una sociedad. ElParlamento, que es un modelo a escala reducida de esta sociedad, adquiere por lo mismo una especial aceleración y un dramatismo casi cinematográficos. Ahora bien, que se trate de una representación dramática no quiere decir que no pueda o no deba ser también escrupulosa. Quiere decir sólo que los escrúpulos deben ser los propios de alguien que ha de representar fielmente su papel en una obra. Y aquien tiene este cometido, no le pedimos tanto un retrospectivo ser fiel a lo que ha sido, como un prospectivo adaptarse a lo que ha de hacer, a la pieza que hade «jugar». Hace algunos años escribí un libro, en el que defendía una actitud parecida y no sólo en la vida pública. Frente a quienes andan siempre predicando la autenticidad, la responsabilidad, la coherencia con las propias creencias oprincipios, yo insistía en que debemos ante todo distanciarnos de nuestras convicciones. De unas convicciones que pocas veces son algo más que el destilado de nuestras pasadas acciones: su legitimación ex post, su producto más que su guía. A partir de ahí, argumentaba a favor de una moral que no predica ser fiel sino, al contrario, distanciarse de lo que hemos hecho (y que a menudo hemos acabado...
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