Querido juan
Dicen que cuando uno llega a cierta edad, le da por meterse en el túnel del tiempo.
Estuve recordando nuestra infancia y adolescencia. Nuestros amigos, elbarrio. Ese hermoso tiempo compartido. Y decidí escribirte.
Recordé nuestras casas, separadas primero por un alambrado con enredaderas, más tarde por un paredón de mediana altura.Cuando crecimos, a veces te sorprendía mirándome desde el paredón, mientras yo leía poesías en voz alta debajo del parral. Enseguida desviabas la vista y desaparecías. Me quedaba suspensa...Cuando, en la lectura, mi centro de interés cambió; y de Neruda, García Lorca y Alfonsina Storni, pase a los temas filosóficos, no me daba cuenta de tu presencia, siempre silenciosa. Pero estabas ahí,mirándome.
Muy pronto comencé a trabajar, estuve menos tiempo en casa y casi no veía tu mirada quieta.
Compartíamos otros espacios con los amigos del barrio. Los bailes de la“división” por ejemplo. Recordás? Nosotros íbamos a todos los que podíamos. Pero cuando estábamos con los amigos era otra cosa...
Siguió corriendo el tiempo y yo perdí tu mirada quieta. No sé quehabrás perdido vos.
De pronto los dos estábamos casados. Vos con Julia, que no era del barrio, y yo con Gabriel.
No nos fue bien, es cierto. Diez años después yo me separaba yvos tolerabas una unión de apariencias.
Dejamos de vernos...Pasaron los años... Y aquí es donde quisiera meterme en el túnel del tiempo. ¿Qué hubiera pasado si en lugar de solo mirar,hubieras hablado? ¿ Y si yo en lugar de leer a tantos filósofos hubiera levantado la mirada hacia vos?
Como cantaba Nat Cole en aquellos tiempos:
“Quizás...Quizás...Quizás...”Hace poco tiempo estuvo Marisa, nuestra amiga de la infancia, en casa. Mientras tomábamos una cerveza en el jardín le pregunté por vos. Me miró y dijo socarronamente: “¿resolviendo asignaturas...
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