quimica electivo
-Acomoda la silla antes de irte –musitó mi madre desde el fregadero, muestra de que no iba a ceder aún si se me ocurriera reventar la casa adisparos. Empujé la silla con el pie hasta que chocó con la dura madera de la mesa robusta del comedor, y subí las escaleras a trompicones, tropezándome de vez en cuando con las trenzas desatadas.Lanzaba maldiciones cuando me resbalaba de las escaleras, y cuando me golpeé el codo con la pared cuando intenté aferrarme a algo para no irme de bruces. Al final, terminé tirada en el piso de mi habitaciónsin un calcetín y con la camisa desabotonada, se me veía todo el brasier, pero hacía demasiado calor ahí.
Antes de que pudiera dormirme en el suelo teniendo mi cama justo al lado, mi pierna vibrócontra el frío mármol del piso, y me apresuré a buscar mi teléfono celular entre la tela apretada de mi blue jean. Era Alison.
“Todos te estamos esperando, perra. ¿Cuándo vas a llegar?”
Hice unamueca de sufrimiento mientras escribía una respuesta.
“No puedo ir, zorra. Mi madre no me ha dejado”.
Inmediatamente ella me envió otro mensaje.
“¡No puede ser! Ya habíamos quedado con loschicos”.
“ Ella me odia, ya lo sabes”.
“Joder, sí. No puedo creer que te haya dejado encerrada en tu cuarto un viernes por la noche”.
Suspiré.
“Dímelo a mí”.
“¿Seguro que no te ha...
Regístrate para leer el documento completo.