Quinto conuto

Quinto conjunto.
El batey se llamaba monte coca: eso lo supe después. Me llevo un tiempo aprender a pronunciar ese nombre, que resultaba tan difícil: pero lo logre. Como también conseguí adaptarme en los días siguientes a las condiciones de trabajo tan precarias que había allí. Es que el ser humano se adapta a cualquier circunstancia, no importa lo difícil que esta sea. Sobre todos nosotros,los negros, que somos tan resistentes a las adversidades.

Al capataz le gustaba mucho que sus hombres se llevaran bien.
Los cocolos siempre Vivian discutiendo por todo y alegando las cosas. Yo no. Yo no era así. Tal vez por eso yo le hacía sangre. Porque casi no discutía con nadie ni reclamaba nada. El mayor trabajo lo pasaba cuando llovía. Con la lluvia los carriles por donde se caminaba enlos cañaverales se ponían pésimos se revolvían en ellos un fango que le daba a uno por los rodillas. Las carretas se atascaban y los bueyes, tratando de hablar, también resbalaban sobre el lodo y caían de bruces. En ocasiones hasta se volteaba la carreta cargada de cana. Todo en poquitísimo tiempo se volvió un estrecho círculo vicioso compuesto por el cañaveral, los vales la bodega y el barracón, enuna ocasión durante la zafra el capataz me mando al ingenio. Se requirió un grupo de negros para desacatar una enorme cantidad de cana de de la bascula. Nos mandaron en la cigüeña, un aparato gracioso que tenía cuatro ruedas de metal para correr sobre los rieles. Era pequeño y desacatado. Había que montarse parado. Se movía con la fuerza física de una palanca que accionábamos rítmicamente paraarriba y para abajo. En el ingenio pude sentir de cerca esos monumentales equipos hechos como para sentir de cerca hombres gigantes.
Con esa forma de ser, Jacob te ha amargado mucho la vida. La mama también por eso no te impacientaste cuando te dijeron la noticia.
Se te notaba el disgusto dibujado en la cara, yo te imaginaba pensando que mira lo que vino a resultar tu octavo intento el varónbuscando de tu estirpe, el que se supone que no debe dejar extinguir tu apellido. Y como si todo eso no era suficiente, ese mismo día por la tarde te llego la carta. La trajo Marte el cartero que siempre andaba en bicicleta. Vino en su camello que era como los muchachos le decían a su bicicleta y te paso la carta en las manos engurruñando los ojos. Te extraño que la remitiera una prima. Una prima quejamás volviste a recordar desde que saliste de tu país. Te pusiste ceremonioso como si intuyeras algo.
Preferiste ir a lavarte las manos como para deshacerte de una parte de la incomodidad tranquilo volviste a sentarte.
Excúseme que haya sido tan parca en la comunicación anterior. Con los datos que a mi conciernen se los daré de inmediato. Nací en 1933 en st. Kitts west indios me crio unaseñora a quien mi madre me envió con una amiga cuando yo tenía dos años de edad desde hace 18 anos estoy casada con el señor ted walters: trabajador de una fábrica de embutidos. Los últimos 18 años me los he pasado junto a el aquí, en Londres cuidad en la que vivo desde que llegue a los dos años de edad no tengo hijos soy enfermera graduada y laboro en el hospital estatal saint Nicholas.
Sextoconjunto
Mis manos se iniciaron endurecidas en la próxima zafra. El cabo de la mocha les trasmitió su dureza y en vez de ampollas surgieron los cayos. Desde el inicio corte canas con valor, con fuerza, con decisión, con rapidez. La corte con necesidad e proporcionarme un sustento mas estable. Durante el tiempo muerto mientras vagaba, cayó un periódico viejo en mis manos. Estaba escrito en español y yoapenas machacaba algunas palabras de este idioma. Tome el periódico y de tanto leerlo y releerlo como no tenía otra cosa que hacer, termine aprendiendo esa lengua en la que, al principio se me hacia todo tan difícil. No quiero decir que leía con toda la soltura requerida. Pero al poco tiempo si lo logre porque siempre leía los pedazos de periódicos en los que el vendedor de pescado envolvía su...