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1No nos resulta fácil juzgar de un modo desinteresado. No digo de un modo objetivo, porque la objetividad absoluta, la visión perfectamente justa y exacta de cualquier realidad es imposible. Nuestra visión de un hecho depende de muchas cosas: no sólo del sexo y la edad, sino también de nuestra educación, nuestros sentimientos, nuestros gustos.
Así se explica que existan juicios tan distintossobre una película, un tipo de trabajo, un libro o una conducta. Mientras mantengamos una conversación con generalizaciones, podremos estar bastante de acuerdo sobre qué es la belleza, la bondad. Pero si tenemos la modestia de centrarnos en una pintura concreta o en una determinada reacción humana, la confrontación de criterios aparece muy pronto. Y son muchos los que no entienden la visión de losotros, convencidos de que la suya es la objetiva.
Pero dejando a un lado la dificultad de librarnos de nuestros prejuicios a la hora de juzgar, lo cierto es que a menudo cambiamos nuestro juicio por interés. Ese compañero de trabajo que nos parecía excelente y tan preparado empieza a parecernos menos excelente y menos preparado cuando sospechamos que es probable que ocupe el lugar que queríamospara nosotros. En una ocasión, un desconocido llamó a mi editora para que me pidiera que redactara un prólogo. Sería un honor para él porque yo era un genio --resumiendo sus exaltados elogios-- y, sobre todo, una pieza fundamental de este país. Cuando la editora le dijo que yo no hacía prólogos, su cambio fue radical: "Ahora lo tengo claro, nunca más le leeré..."
Acabo con el contrapunto de unahistoria admirable. Ruth Lilly era una norteamericana rica, amante de la poesía. También ella escribía poemas, pero sus versos nunca fueron aceptados por la revista Poetry. El continuo rechazo no le provocaba rencor alguno. Ahora Ruth ha muerto. Y ha donado a la modesta revista 100 millones de dólares. Su amor a la poesía sí que podemos decir que era objetivo.
2Juzgar a los otros" es lo que "no hayque hacer": esta es la fórmula exacta para "aceptarlos como son". No juzgar a las personas en razón de sus actitudes y acciones.  Antes que hacer algo así: hay que reflexionar, ser severos con nosotros mísmos, ya que juzgando a los demás "se corre el riesgo" de proyectar (injustamente) defectos, acciones y actitudes propios, hacia la persona juzgada. 
Uno puede ser muchas veces ignorante de lasmotivaciones del otro que le llevan actuar de una deternminada manera; si es así realmente, y uno practica la "auto observación psicológica" sobre si mísmo, jamás  emitirá un "juicio como tal", hacia otra persona.  En todo caso, "deberia ser" si se cree conveniente, una "cuidadosa reflexión", antes que un "juicio" que seguramente implicará un veredicto "a priori", y subjetivo...
Como en todaconducta verdaderamente "elevada y ética" todo dependerá del grado de "Consciencia Despierta" que hayamos sido capaces de haber activado.
Casi siempre, los "juicios a los demás" tienen lugar entre personas próximas: familiares, amigos, vecinos o conocidos,  por eso se dañan tanto los sentimientos, se hieren tanto emocionalmente las amistades,  y se rinyen,  y se violentan  con tanta frecuencia laspersonas.


                                                                                            
De todas formas (y no es ningún consuelo) "todos emitimos" algún tipo de "juicio subjetivo", a priori y/o con frecuencia, y sin la suficiente información como para no  caer  en flagrantes errores, o sencillamente, nos convertimos fácilmente, en "ecos" de rumores egoicos y subjetivos, queviajan de boca en boca, y no para bien, esparciendo lo negativo...
Sucede en los barrios, en el trabajo, en la escalera de vecinos, en pueblos y ciudades, y también en el mundo:  los medios de información, la mayoría de los cuales se han convertido en expertos divulgadores casi exclusivos de "crónicas negras" al por mayor, estimulan estas actitudes inútiles por subjetivas, entre la población, de una...