Racionalizacion De Los Recursos Naturales Renovables Y No Renovables

Del a Independencia al porfiriato
Después de la restauración de la república, hacia 1867, los habitantes de las ciudades se encontraban ávidos de convivir en nuevos espacios, dispuestos como nunca antes a robarle tiempo al hogar para entregarse a lo que entonces se empezó a llamar vida pública. Para los mexicanos de hace doscientos años, comer en restaurantes o tomar una copa en un bar como lohacemos hoy en día con sobrada naturalidad, eran prácticas completamente inusitadas.
Estas nuevas maneras de comer y convivir llegaron al México decimonónico impulsadas por diversos cambios sociales: el fortalecimiento de las nuevas clases urbanas ayudó a que se implantaran los cafés y los restaurantes al estilo europeo, donde los clientes, además de consumir lo que ahí se vendía, habitaban unnuevo mapa de identidades y ubicaciones sociales. Pocas oportunidades habían existido antes de que la familia de un ingeniero se divirtiera con el espectáculo que daba, en la mesa de junto, un candidato alcoholizado brindando por su futura diputación.
Y así como surgían nuevas formas de convivencia, otras se extinguían. El ocaso más notable fue quizá el de las cocinas particulares de las ciudadesmexicanas –donde tradicionalmente se desplegaba una enorme actividad y se concentraba gran cantidad de información-, que fueron cambiando de naturaleza al hacerse obsoleto el trabajo de algunos de los personajes que ahí concurrían, a raíz del mejoramiento de servicios urbanos. Un poco más acelerado fue el desvanecimiento de tendajones, donde en medio de costales de harina, arroz o chile sereunían los vecinos con el tendero, a desafiar la advertencia de “no se admiten platicones” grabada en visibles letreros. Así, como en estos y muchos otros casos, las vicisitudes de las costumbres gastronómicas y culinarias fueron reflejo de cambios importantes en las sociedades del pasado.
Los nuevos establecimientos
No era en el siglo XIX ninguna novedad comer y beber en compañía de parientes,amigos, o inclusive formando parte de grupos numerosos y más o menos anónimos, pero sólo hasta la segunda mitad de aquel siglo llegó a ser una costumbre hacerlo en un restaurante, un café y un bar. Antes de que esos negocios empezaran a establecerse, las familias sólo comían fuera de su casa si eran invitadas por amigos a sus propios hogares.
Probablemente las tertulias eran la forma de reunión másusual. En ellas, los adultos comentaban los chismes de la semana alrededor de una buena taza de chocolate con bizcochos, refrescos y manjares de fácil preparación, pues no se pretendía ahí que la comida fuese elaborada, ni era la razón principal de la ocasión: los más jóvenes, por ejemplo, aprovechaban estas veladas para impresionar al sexo opuesto con conversación galante, con danzas, ointerpretando al piano las canciones de moda.
Esto no significa que reunirse a comer y a beber no haya sido una práctica exclusivamente doméstica. En el otro extremo estaban las calles, las plazas y los atrios de las iglesias, escenarios favoritos de las festividades religiosas o patrióticas, donde nunca faltaban las cocinas ambulantes. Entre la casa y la calle había también otros lugares de comida yconvivencia, tales como las tabernas, las pulquerías y las viejas fondas, que sin embargo no parecían estar a la altura de los nuevos requerimientos. Las primeras dos se asociaban a menudo con el vicio y la vagancia: muy frecuentemente eran escenario de estampas “incompatibles con la bella literatura”, y las noticias que de ahí salían tenían a menudo por destino los archivos de las comisarías yla nota roja. Por otra parte, las muy populares fondas de antaño donde se comía bien y barato no eran del todo apropiadas para damas y niños, mucho menos para que los asistentes hicieran ahí gala de su civilización, buen gusto y refinamiento.
Este último afán, que demandaba establecimientos distinguidos, provenía no sólo de los seculares ricos al vapor o de abolengo, sino de una burguesía cada...