Radriografia del divino niño

“RADIOGRAFÍA DEL DIVINO NIÑO Y OTRAS CRÓNICAS DE BOGOTÁ”

Cada uno de los crónicas narradas en esta antología describe la historia del crecimiento que ha tenido la ciudad de Bogotá, desde los años 50¨s hasta la fecha, comenzando por la “Tierra de nadie”, en donde se compara a la bella capital con la “Atenas de Suramérica”, reconociendo el cambio a nivel estructural y social, con un sinfín decontrastes que la hacen territorio de todos.
Luego, en la cita “Bogotá para principiantes”, se nos da a conocer la majestuosidad del paisaje capitalino, aunque tildado por unos como feo, a comparación de otras ciudades en el mundo, pudiéndose observar de varios matices, en especial cuando cambia el clima en algunas zonas. Todo esto cambia a raíz de que en ella todo va evolucionando día a día,permitiendo que venga gente de todas partes.
Ya en la crónica “El espinazo de la Capital”, una persona que vive en Funza narra cómo es un día cotidiano, describiendo desde que se levanta, recordando su sueño, pasando por la escogencia de su ropa, corriendo veloz hacia Mosquera, persiguiendo la noche que se aleja.
Continúa su descripción con las industrias, cultivos y empresas que encuentra a supaso, al igual que el olor fétido del Rio Bogotá, los moteles, los Hércules del aeropuerto Catám, recorriendo una gran parte de la ciudad, observándola y detallándola fijamente a su paso, hasta coger un bus que lo lleve a la Candelaria.

En la crónica “Radiografía del Niño Jesús, el autor comienza contando que el primer olor que percibe es el de chocolate, a cacao, en el Barrio Veinte de Julio,lugar en el que se rinde culto al Divino Niño, y que para poder llegar al él se dirige por la calle 27 Sur, atravesando varios ejércitos como el de los vendedores, los restaurantes, los lisiados y los paralíticos.
La imagen del Divino Niño es venerada desde 1935, año en que el Salesiano Italiano Juan del Rizzo la compró en un almacén del Centro de Bogotá y que el visitante ya ha visto en veladoras,almanaques y escapularios, junto a la que también se venden matas de sábila, budas negros, cruces de mayo. De igual forma existen un sin número de ventas de zapatos, braseares, perritos, etc. Por la carrera 10 está la cabeza del niño que habla, en una urna de cristal que descansa sobre terciopelo, en donde se lee la suerte: “Antes de pasar a contemplar la pureza hay que contemplar la fealdad degénero humano”. Esto es sinónimo de penitencia.
Modernizaron el templo en 1992, tiene cuatro naves de 46x20 metros, en las que se ofician 3 misas simultaneas y 28 eucaristías al día; así mismo 30 sacerdotes para unos 150 mil peregrinos. Alrededor de este se realizan gran parte de las campañas políticas en el País, sin importar cuales son las verdaderas peticiones de los fervorosos fieles queasisten cada domingo a ella, lugar en que se mezclan toda clase de olores.

Posteriormente en la Crónica “Y hoy como me va a llevar”, el narrador nos invita a conocer como es el centro emblemático de la Ciudad, basado en la plazas de mercado de Bogotá, empezando por la Plazoleta de la Cruces, describiéndola como una construcción opulenta con una catedral, que se convierte en un monumentoarquitectónico nacional que se enfrenta al deterioro, cuyo propietario es el Distrito, preguntándose ¿Qué hace por ella?Luego se hace un alto en la Plaza de Paloquemao, donde el cronista entra con los ojos cerrados y percibe con su olfato la mezcla de la guayaba, cebolla, hierbas medicinales y demás elementos que produce nuestro campo, sintiendo en la piel las brisas que dejan las personas al pasar,describiendo completamente las tiendas, las flores, la plaza, etc. Luego pasa por un lugar muy curioso: La Nieves, en donde se deleitan algunos de los placeres gastronómicos de quienes por allí transitan, disfrutando de los menús más variados y exquisitos. Del centro se pasa a la Plazoleta del Restrepo, ubicado al Sur de la Ciudad, lugar que encierra otro tipo de comercio.

Se sigue con la crónica...