Ragnarok
Para los pesimistas, la contemplación del fin de la vida humana despierta temor y ansiedad.
Para los optimistas, los creyentes, aquellos que creen en la posibilidad de existenciadespués de la muerte, y también los naturalistas, la muerte es la hermana mayor del sueño, tan necesaria para nuestra constitución como el dormir. Es la dadora de eternidad, gran cura de todas lasenfermedades, la gran liberadora de las impresiones de los sentidos, y, dada su universalidad, puede llegar a ser considerada como una de las mayores bendiciones humanas.
Esta afirmación no sedistancia mucho de la opinión de Swift, para quien resultaba no entendible que algo tan natural, necesario y universal pudiera ser considerado como un mal para la humanidad. O la del magistral escritorNathaniel Hawthorne (1804-1864) quien comparándola con nuestro alivio al despertar de un sueño lleno de angustias, afirmó que bien podría ocurrir lo mismo en el instante después de morir. En esto, coincidecon Goethe, quien al morir exclama: Más luz!.
Para quienes mantienen una posición intermedia, la muerte es una cuestión abierta. Es el caso de Sócrates, quien en sus últimas horas se dirigieraa sus amigos con las siguientes palabras:
La hora de partida ha llegado, cada uno de nosotros debe seguir su camino. Yo debo morir, y vosotros, vivir. ¿Qué es mejor?, sólo Dios sabe.
De todosmodos, como bien indicara Thomas Mann, la muerte de una persona ...es más un asunto de los supervivientes, que propio de quien muere.
Robert Frost, el hombre de hielo, nos cuenta lo que unos...
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