rancho nomada

“RANCHO NOMADA”
Tiempo atrás en una huerta nicaragüense, al fondo lomas y serranías verdes, árboles frutales, arbustos por todos lados, ríos y cascadas que resuenan con los cantos de los pájaros.
A poca distancia al pie de una colina se encuentra el rancho, de paja de caña de bambú y de pocas tablas de madera, q va hacer heredado a sebastiano por sus padres, ya agobiados, su madre cándida yamaciza, con los años ya encima, una mujer alegre con ganas de seguir viviendo, con la ilusión de ver a sus nietos crecer, y su padre mariano un hombre luchador ilusionado también de ver a sus nietecitos, siguiendo los pasos de su amada, pero ansioso cada día, con la ayuda de su hijo sebastiano, ayudándolo en el campo, para que los frutos cosechados sean fértiles.
El rancho su presencia según lashoras y los días, y su luz al pie de cada amanecer, es como la presencia de la alegría, la tristeza y la pobreza, humilde en su alrededor, se alegra o llora, q todavía no encierra el odio ni a de escapar las quejas como un viejo animal fonético.
Alrededor del rancho, gallinitas, chanchitos, dos perritos y plantas florecidas, al interior, taburetes, patas de gallinas y bancas, además las camas, enla cocina enceres campesinos, como el molejón, la piedra de moler, el comal, las jícaras, las alforjas y porras entre otras cosas.
Ultimas horas de la mañana, julio, en el rancho se encuentra la madre de sebastiano cándida preparando el almuerzo de su amado y a su hijo que vienen por el camino, moliendo maíz para las tortillas y el pinolillo, mientras echando tortillas en el comal.
Por elcamino sebastiano y su papa mariano jalando a dos mulas cansadas y agotadas tal como ellos, ansiosos de llegar al rancho, encima de las mulas costale de maíz, para vender en el mercado del pueblo y para el sustento de la familia de pronto se escucha una conversación entre padre e hijo:

Sebastiano: óigame tata, le cuento una noticia, me he enamorado de una chica muy bonita.
Mariano:Aaaaaa, te lo tenías guardadito y quien es.
Sebastiano: Aaaaa, es una señorita del pueblo.
Mariano: y como se llama.
Sebastiano: se llama Martha, me ilusiono por sea mi esposa.
Mariano: pues qué esperas, búscala.
Sebastiano: si tata, ya la he buscado, ya he conversado con ella y nos entendemos muy bien, hasta creo q le gusto.
Mariano: bueno pues has la tu novia, y después les pides la manoa sus padres.
Sebastiano: si tata, eso pensé.
Mariano: y por cierto que familia es.
Sebastiano: aaaa, es de familia Gutiérrez.
Mariano: aaaa, ya se, son de los que viven a las afueras del pueblito.
Sebastiano: si, tata esos.
Mariano: ese es mi hijo, mmmm, bueno ya llegamos.
Sebastiano: si, ya era hora.
Mariano: sí, que cansancio el que traigo.
Sebastiano: más con este solazo.
Mariano:mmmm, esta fuerte el condenado.
Sebastiano: si tata, por esto tenemos que pasar para ganarnos el pan de cada día.
Mariano: si mijo, esta fue la vida que nos tocó, pero que le vamos hacer.
Sebastiano: si tata, tenemos q acostumbrarnos.
Llegando ya al rancho, cansados y alegres de haber llegado, descargan a las mulas y las amarran en dos árboles llenos de sombra, con su cubeta de agua a un lado yalrededor pasto, y de pronto chocho y checho con los rabos zangoloteando de un lado a otro salen a encontrar a sus dueños, mientras cándida todavía en la cocina en espera, y de pronto escucha las voces en el patio de su amado y de su hijo, se alegra y sale en busca de ellos:
Mariano: ya venimos pues.
Cándida: y entonces vienen cansados, siéntense ya les doy algo de beber.
Mariano: mmmm y qnos tienes preparado.
Sebastiano: está bien mama, como digas.
Cándida: y como les fue en el campo.
Mariano: pues por haya, está todo bien, ya estamos sacando los primeros sacos de elotes.
Cándida: aaa que bien.
Mariano: hasta te traemos dos sacos llenos, si vieras están grandes y hermosos.
Cándida: aaa… si, como siempre, pero que gusto.
Sebastiano: oiga mama, ya les traigo unos a enseñar....