Rapsodia De La Iliada
por Fernando Reyes
Hay maneras de rescatar a los clásicos, aunque el término mismo de “rescatar” es ya de suyo fatalista y mesiánico, actitudes que frecuentemente adoptan los profesores de literatura. Los clásicos allí están, o allí estuvieron o allí estarán, su propio valor los hace permanecer, su lectura frecuentelos resucita, nadie los rescatará, ni los autores (la mayoría olvidados en su propia época), ni los críticos (quienes los utilizan para llevar agua a su molino), ni los profesores (quienes se amparan en el peso institucionalmente académico que aquéllos poseen), ni los lectores comunes (quienes los leerán porque los otros dicen que son importantes). Sin embargo, siempre se cae en la bendita tentaciónde dar vida nueva a los tan traídos y llevados autores clásicos de la literatura universal.
Como maestro de bachillerato, uno anda buscando estas maneras del rescate. Se les puede hablar a los alumnos que un clásico perpetúa los valores sempiternos del ser humano: la verdad, la belleza, el amor, la vida, la muerte. Y a ellos les vale una pura y dos con sal. Les habla uno acerca de las mil yuna historias apasionantes y fantásticas que encierra la literatura de todos los tiempos. Y a ellos les entra por un oído y les sale por otro. Por eso, el profesor de literatura buscará formas cada vez más innovadoras e interesantes para que el estudiante se acerque a aquellos textos. Podemos proponerles, por ejemplo, queHamlet se lleve al grafitti y la Odisea al comic, que lean El Quijote en laversión de Francisco Hinojosa o La Eneida en el lenguaje de Agustín Mosreal; aun a pesar del enojo, casi indignación de uno que otro académico exquisito o crítico petulante, ¿acaso ellos leen La Iliada en hexámetros dactílicos en antiguo griego jónico? Por eso caben las versiones cinematográficas donde aparecen galancitos como Brad Pitt y Orlando Bloom o la clásica de los ochenta The warriors, en laque la anécdota de Ilión se contextualiza en el Bronx de New York. Por eso vale una versión en body paint o incluso en rap, (término que viene precisamente de Rapsodia). Si despertamos su interés, algún día el estudiante leerá los clásicos originales con gusto y paciencia.
En este contexto de la descontextualización y la re-contextualización, se me ocurre hablar de la Rapsodia IX ubicándola enlos plantones del Zócalo y la cólera del Peje. Aquí les va:
Una ciudad ha sido azotada por los rayos, precursores de las amargas batallas, lanzados por la furia divina de Vicente Zeux. Al campamento donde moran las huestes de Aquiles Manuel, Agamenón Cárdenas, guiado por los nobles Dioses del Poder, ha encomendado a los principales caudillos del ejército peje-aqueo para que insten al de la vozpausada a que deponga su cólera. Pero el peje-aqueo defiende el honor de su ira sentenciando a los heraldos: “Nada me resta por haber sufrido innúmeras desdichas y arriesgar mi alma peleando. Marcha atrás ya no daré ya que el mal está cumplido y ni él ni dioses ni ejércitos verán mi alma en paz y mi corazón sin rabia. Nunca más proferiré ‘sonrían’ pues he sido traicionado y me han despojado de loque más quería”. Entonces Ayax Ortega, líder de los chuchos, le habló de las concertasesiones que el otro bando le podría ofrecer: “Rehuye la discordia, engendradora de desdichas, para que te veneren jóvenes y vejecitos. Abraza fuerte tu inmenso corazón para que sonrían todos y la victoria esté de tu lado. Cediendo, eres tú, valiente y honesto caudillo, quien gana esta batalla”. A lo dicho, UlisesBatres añadió: “La benevolencia te alcanzará y pagará por tu cetro espléndidos tributos. Enseguida te serán entregadas tus riquezas: doce autos que serán siempre los primeros merced la rapidez de su carrera, siete bellas mujeres, hábiles para el trabajo de la labia, serán de tu dominio siete importantes ciudades, te darán siete actrices y tendrás como esposa a una mujer cuya belleza sólo se...
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