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RÁQUIRA, Colombia – Una mezcla de lodo y agua es manipulada con destreza y se transforma en una pieza de alfarería en las manos de Armando Molina Rodrigues.
Este propietario de un pequeño taller de alfarería de 40 años en la ciudad de Ráquira, departamento de Boyacá, sería uno más de los tantos alfareros de la ciudad si no fuera por su conmovedora historia.
Al quedar ciego hace ocho años, estepequeño empresario encontró en la alfarería una forma de continuar ganándose la vida.
En 2004, cuando Molina era gerente del mayor taller de alfarería de la ciudad, perdió completamente la vista debido a un desprendimiento de retina.
Ese mismo año, su mujer lo abandonó y perdió su trabajo.
Posteriormente, recibió ayuda de Rómulo Zuluaga, de 52 años, el empleado con más experiencia del tallerdel cual era gerente.
“Fui a su casa y comencé a decirle que podría superar el drama que estaba atravesando”, relató Zuluaga, cuyos padres también eran alfareros. “Le enseñé cómo trabajar con cerámica, cómo esculpir la arcilla”.
Molina aprendió tanto de Zuluaga que llegó a decir que su amigo tenía “ojos en sus manos”.
Para comenzar con este nuevo oficio, acudió a los contactos que consiguiódurante los 20 años que trabajó en su antiguo empleo e invirtió sus ahorros para abrir su propio taller.


Molina produce un promedio de 800 mil piezas mensuales, las que se venden en otras ciudades colombianas como Medellín, Cali y Bogotá, y hasta en Israel.
“Cuando me quedé ciego, aprendí que el fracaso está en tu mente”, expresó. “Cuando queremos algo y luchamos por ello, podemos superarcualquier obstáculo”.
Molina participa en todas las etapas de la producción en su pequeño taller, donde trabajan cuatro empleados, así como su hijo de 15 años, Edson.
Su hijo abandonó la escuela para trabajar con su padre, pero Molina dijo que le gustaría que retomase sus estudios.
El joven está constantemente junto a su padre, asumiendo el papel de sus ojos, guiándolo dondequiera que él desee ir.“Me agrada trabajar y quiero estar cerca de mi padre”, comentó.
La alfarería como forma de vida
La alfarería y las minas de carbón son las principales fuentes de ingresos en Ráquira, ubicada a 171 km de Bogotá.
La mayoría de los talleres de alfarería son empresas familiares, y unas 700 familias viven de esta actividad, según informaron las autoridades locales.
La producción de alfarería, elcomercio de artesanías y el turismo han creado más de 5.500 puestos de trabajo, lo que equivale aproximadamente a un 44% de la población de la ciudad, de 13 mil habitantes.
“Es nuestra tradición; todos trabajan aquí [en artesanías] o tienen un familiar que hace algo relacionado con las artesanías”, declaró Liliana Cerrero, de 26 años, quien trabaja desde hace tres años como vendedora en una tienda delcentro de Ráquira.
La industria alfarera de Ráquira data del período precolonial. Incluso el nombre de la ciudad tiene raíces precolombinas. En la lengua chibcha, hablada por los pueblos indígenas que habitaban la región antes de la colonización española, Ráquira significa “La Ciudad de las Ollas”.
En 1537, al encontrarse con este pueblo indígena que fabricaba sus utensilios con arcilla, loscolonizadores de la región les pusieron el nombre de “Pueblo de Alfareros”.
La ciudad fue fundada oficialmente el 18 de octubre de 1580 por Fray Francisco de Orejuela, y desde entonces la tradición ha pasado de generación en generación.
Alba Ruiz Forero, de 26 años, aprendió el oficio cuando era niña. Heredó de sus padres, ahora retirados, un pequeño taller donde trabaja desde que tenía 12 años.Gana unos $580 mil pesos colombianos (US$323,40) mensuales. El salario mínimo de Colombia es de $566.700 pesos (US$316,50).
“No se gana mucho dinero con las cerámicas y nunca será muy lucrativo. Pero es lo que sabemos hacer”, dijo la joven mientras daba forma a una pieza, incluso con una mano lastimada. “Los precios que pagan por nuestros productos son bajos. Los que ganan dinero son los...