Razones Para Confiar

RAZONES PARA CONFIAR
Eloy Patricio Mealla 

Toparnos hoy con la cuestión acerca de las razones para vivir nos lleva a plantearnos, entre
otras cosas, cómo salir de una especie de neo-escepticismo y de un creciente sin-sentido de la
existencia que parecen inundar muchas manifestaciones de la cultura y del pensamiento
actuales. La antedicha cuestión también nos lleva a interrogarnos sobre elmentado fin de las
ideologías o muerte de las utopías que son de alguna manera las formas en que se
sistematizan las razones para vivir. También cabe aquí preguntarse -y nos detendremos
especialmente en ello- acerca de cómo se ubica el fenómeno religioso en esas circunstancias
en la medida que se ofrece como un modo peculiar de dar "razones para esperar".
Desde un punto de vista más estrictamenteconceptual, podemos decir que establecer razones
para vivir es una de las grandes preocupaciones más o menos explicitada de toda filosofía, si
bien hoy parece más apremiante esta vinculación entre "logos" y "bíos". En una problemática
tal se adentró por ejemplo Ortega y Gasset que elaboró el concepto de razón vital. Pero en
realidad, al menos a vuelo de pájaro, podemos decir que esta cuestión no hasido abordada
del todo frontalmente en la tradición filosófica. Una categoría que podría aglutinar el
conjunto de estas prepocupaciones se nos ocurre que puede ser el de confianza. A primera
vista es un concepto o un tema ciertamente no muy frecuentado dentro de los cánones
clásicos de la filosofía, al menos en sus cimas más especulativas. Algo más de suerte tuvo, la
esperanza, una pariente cercana yde más renombre. Es así que en nuestro siglo que ya
termina -quizá por ser particularmente azotado por el quiebre del optimismo ilustrado y
últimamente por la desilusión sociopolítica- algunos autores le han prestado particular
atención y la han constituido en el pivote fundamental de muchos de los desarrollos de su
obra1.
Hablamos de confianza porque nos parece que es más directamente la actitudopuesta a la
sospecha que fue, como veremos enseguida, uno de los intereses más dominantes del espíritu
moderno. La sospecha tiene también por su parte un aire de familia con la crítica, que es la
forma más técnica de denominarla. En estas líneas nos limitaremos primero a examinar sobre
qué objetos reposó la sospecha y la confianza a lo largo de la modernidad y, en segundo
lugar, qué puedeofrecer hoy la conciencia religiosa creyente, especialmente desde sus tramos
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1

Revista del CIAS n° 462, Bueno Aires 1995.

Bloch, Ernst, El Principio Esperanza, 5 vol., 1954-1959; Laín Entralgo, Pedro, La espera y la
esperanza, 1957; Fromm, Erich, La revolución de la esperanza, 1968; Luhmann, Niklas,
Confianza, 1973; y en la novelística, Malraux, André, La esperanza, 1937.

más sapienciales.SOSPECHA Y CONFIANZA EN LA MODERNIDAD
Entre las características principales de la modernidad se destaca la crítica y, especialmente,
bajo la forma de sospecha. A parte de otros antecedentes que se puedan acopiar, su inicio
más formal lo emparentamos con la duda cartesiana y luego con el pensamiento kantiano. Se
desconfía de las enseñanzas y de los textos tradicionales2. Se someten a examen losconocimientos recibidos de la antigüedad. Todo es llevado ante "el tribunal de la razón" y se
nos exhorta a atrevernos a pensar autónomamente,"¡sapere aude!", rechazando todo rastro de
heteronomía.
Este nuevo estilo de racionalidad se experimenta a sí mismo como poderoso y progresista,
por oposición a una racionalidad acusada de minoría de edad que necesita de tutelas y que
estaba teñida de oscurantismo.Es el triunfo de la Ilustración, es la revolución copernicana
llevada al campo de las ideas (siglo XVI), luego proyectado al campo político-institucional
(siglo XVIII: la revolución francesa), al de la producción (siglo XIX: revolución industrial) y
finalmente al social y de las costumbres (siglo XX). Todo este proceso de la modernidad está
transido en gran medida por un pujante optimismo y una...