Realidad de la mujer

Pareciera que desear lograr mejores condiciones de vida para todas las personas, sin discriminación de cualquier tipo o condición, es una utopía y no una aspiración genuina fundada en la exigibilidady garantía de los derechos humanos que debiesen ser respetados en una República democrática.
En el marco de esta reflexión nos preguntamos cómo pueden ser felices las personas que habitan en laSierra Tarahumara si tienen hambre y sobreviven a los estragos de un clima ante el cual no habría ningún problema si tuviesen mejores condiciones físicas y materiales de vida. Es un desatino del EjecutivoEstatal decir que es envidiable vivir en este ambiente y en esta cultura, si en la realidad conocemos que mujeres, hombres, niñas y niños sobreviven una extrema pobreza que deteriora su ambiente y sucultura y les hace infelices. El señor que tiene sus oficinas en el palacio de gobierno de Chihuahua, debería vivir en esa zona del Estado para hablar con conocimiento de causa.
A lo largo y anchodel país, con mayor evidencia en los pueblos indígenas, los diversos niveles de gobiernos emprenden acciones más inscritas en el asistencialismo coyuntural –como el reparto en cada época invernal decobijas por ejemplo-, que en la resolución de las desventajas sociales y la inclusión de los diversos grupos en situación de marginalidad o exclusión social, a un estadio de vida que les permita vivircon dignidad, decoro y bienestar. Una premisa reiterada es que si los pueblos indígenas viven mal, las mujeres indígenas de esos pueblos viven mucho peor.
Pero qué señalan las leyes? La Ley deAsistencia Social es su artículo 3 establece que asistencia social se entiende al conjunto de acciones tendientes a modificar y mejorar las circunstancias de carácter social que impidan el desarrollointegral de una persona, así como la protección física, mental y social de personas en estado de necesidad, indefensión, desventaja física y mental, hasta lograr su incorporación a una vida plena y...