Realmente Collie tiene razón?
Collier y sus colaboradores han escrito numerosos ensayos en revistas especializadas de máximo prestigio, en los que utilizan todos los recursos del análisis estadístico para probar sus conclusiones. Varios de ellos son accesibles en internet y pueden ser consultados por los lectores que deseencomprobar el enorme trabajo científico que está detrás de El club de la miseria. Pero para leer este libro no hace falta ser un experto en economía ni tener formación estadística, porque Collier es uno de esos raros autores, menos raros sin embargo en el mundo académico anglosajón, que son a la vez capaces de investigar y de divulgar conocimientos. El club de la miseria está escrito en un lenguaje claroy directo y la traducción española mantiene bastante la frescura del original. éste ha tenido una gran acogida, con elogios de The New York Times y The Economist, y sería deseable que también su versión española fuera ampliamente leída, porque es un libro poco común. El tema de la pobreza en el Tercer Mundo se presta a ser examinado tan sólo con el corazón o sólo con la cabeza: quienes piensancon el corazón se preocupan por el tema, pero tienden a dilapidar sus esfuerzos en criticar a Occidente o en abogar por una ayuda que por sí sola nada puede resolver; mientras que quienes cuando piensan desconectan el corazón se dan cuenta de que el problema es complejo y no lo hemos provocado los occidentales, así es que tienden a concluir que no es misión nuestra resolverlo. Paul Collier, encambio, no sólo tiene una mente matemática y a la vez una pluma ágil, sino que goza de la infrecuente facultad de utilizar a la vez el corazón y la cabeza. Siente el imperativo moral de ayudar a quienes están atrapados en la miseria y cree que para ello el problema debe ser analizado racionalmente.
Su diagnóstico no es optimista, pues piensa que los países del club de la miseria han caído en una ovarias trampas de las que no es fácil salir y que por ello están perdiendo la oportunidad de subirse al tren de la globalización en el momento adecuado. En concreto centra su atención en cuatro trampas: la del conflicto violento, la de la dependencia de los recursos naturales, la de carecer de salida al mar y estar rodeado de países pobres, y la del mal gobierno (mala gobernanza dice el originalinglés, utilizando un término al que habrá que acostumbrarse también en español, aunque los procesadores de texto siguen subrayándolo como un error). El problema del conflicto violento es obvio, cualquier espectador de televisión puede darse cuenta de que la guerra se ha convertido en una enfermedad que afecta sólo a los pobres, con lo que surge un círculo vicioso: la violencia genera pobreza y la...
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