Recluta a amigos
Y ahora la historia, que es lo que importa. A grandesrasgos porque la vi hace ya mucho tiempo, un médico consagrado, el mejor en su especialidad, que no sólo no ve en los pacientes otra cosa que un cliente y un peldaño en su carrera hacia el éxito y lariqueza sino que, por si ello fuera poco, los trata como si animales fueran, con la mínima exquisitez y el menor tacto, confiado en que su ciencia y su habilidad es lo único que tienen derecho aexigir cuando se ponen en sus manos. Entre otros divertimentos del señorito en cuestión, el de hacer la vida imposible a una compañera de profesión y de hospital que acontece ser, precisamente, la únicapersona que le hace sombra en su especialidad, en una suerte de relación esquizofrénica gobernada por la competitividad y por la envidia.
De repente una enfermedad, pero no a unpaciente, sino al mismísmo doctor: la misma enfermedad que él acostumbra a tratar. El doctor ha de tomar una primera decisión: ¿en manos de quién ponerse? ¿En qué manos va a ser? En las mejores, es decir enlas de aquella persona a la que el doctor hacía la vida imposible, en las de su colega y competencia, convertida ahora en el medio necesario para su curación.
Tras una penosaconvalecencia, tan penosa como la que sufrían sus pacientes cuando el médico era él pero endulzada por el cariño y el respeto que sí aporta al tratamiento la doctora en cuyas manos se ha puesto, el doctor...
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