Recordar, repetir, reelaborar

RECORDAR, REPETIR Y REELABORAR
Resumen y comentarios de Lic. María José Peso

Este texto tiene una doble importancia. Por un lado por su interés técnico y por el otro es la primera vez que Freud utiliza el término “compulsión de repetición” que tanta importancia adquirirá en el futuro, particularmente para el descubrimiento de la pulsión de muerte.

Freud comienza por hacer un recorrido delos cambios que se dieron en la técnica psicoanalítica desde incluso antes de su nacimiento con la instalación de la regla fundamental de la asociación libre.

Momentos:
Catarsis Breueriana: estaba enfocada en el síntoma (era una terapia sugestiva). La meta era la reproducción de los procesos psíquicos de la situación de la formación de síntoma para guiarlos en su decurso a través de unaactividad conciente. En otras palabras: hacer conciente lo inconsciente (la frustración que desencadenó la formación de síntoma) y la descarga del afecto correspondiente (abreacción) y luego la tramitación del conflicto psíquico mediante un trabajo de pensamiento. “Recordar y abreaccionar eran en aquel tiempo las metas que se procuraba alcanzar con auxilio del estado hipnótico” (pág. 149)Psicoanálisis: Asociación libre: la tarea era descubrir desde las ocurrencias del paciente lo que él denegaba recordar. (Aquello de lo que nada quería saber). Se intentaba sortear la resistencia (cuya fuente es la represión) mediante la interpretación y se mantenía el enfoque sobre las situaciones que habían causado el síntoma (etiología traumática) y sobre otras que se descubrían por detrás del momento de laformación de síntoma. La abreacción era relegada y parecía SUSTITUIDA por el gasto de trabajo que el paciente hacía para atenerse a la regla fundamental sin crítica ni censura.

Hablar implica un gasto de energía. Ponerle palabras a lo traumático es descargarlo. Por eso, cuando nos pasa algo (nos asaltan o chocamos con el auto o cualquier otra vivencia angustiante o traumática) se lo contamos atodo el mundo. Por un tiempo parece que no podemos parar de hablar de lo sucedido, hasta que de a poco se va “gastando” la impresión, va perdiendo intensidad y volvemos a un estado de “menor tensión psíquica”. Cuando decimos que “la palabra mata la cosa”, estamos, entre otras cosas, haciendo referencia a este poder que tiene la palabra para “diluir” el efecto traumático y “descargar” la angustia.Técnica actual: el analista renuncia a enfocar su atención sobre un problema determinado (como por ejemplo el síntoma o el momento de su formación) y estudia la SUPERFICIE PSIQUICA del paciente. Se vale del arte interpretativo para discernir las resistencias que se recortan en el paciente y volverlas concientes.

Lacan sostiene que el inconsciente no está en las profundidades en las que elanalista debería sumergirse, sino que se “escapa” como el agua entre las fisuras en las rocas, y es pesquisable en la SUPERFICIE de las “nimiedades” de las que el sujeto habla cuando obedece la regla fundamental. No se trata de instigar al paciente a que hable de su pasado o de intentar sumergirlo en los eventos traumáticos de su vida (todo recuerdo es encubridor) sino de que hable de lo que quiera.Los analistas trabajamos con nimiedades (con pavadas). El inconsciente insiste en ser escuchado y como en el sueño, se “filtra” en las asociaciones del paciente mediante juegos de palabras. Está ahí, listo para ser escuchado, siempre que haya alguien que esté atento y pueda leer entre líneas. Esa es la función del analista. Las resistencias (para Freud), a esta altura, pueden ser definidas comotodo aquello que detiene o impide la obediencia por parte del paciente de la regla fundamental. Para Lacan, las resistencias más importantes son las que surgen del analista, en el sentido de no ubicarse en una posición adecuada (soporte de la transferencia). Si el analista no es abstinente y neutral o si ejerce el poder que el paciente en transferencia le otorga, o si no tolera dejar su...