"Recuerdo infantil" machado
Rimas de G. A. Bécquer
XXVI
Voy contra mi interés al confesarlo,
no obstante, amada mía,
pienso cual tú que una oda sólo es buena
de un billete del Banco al dorso escrita.
5 No faltará algún necio que al oírlo
se haga cruces y diga:
Mujer al fin del siglo diez y nueve,
material y prosaica… ¡Boberías!
¡Voces que hacen correr cuatropoetas
10 que en invierno se embozan con la lira!
¡Ladridos de los perros a la luna!
Tú sabes y yo sé que en esta vida,
con genio es muy contado el que la escribe,
y con oro cualquiera hace poesía.
Gustavo Adolfo Bécquer
1 Fuente de lectura
Bécquer, Gustavo Adolfo (1993). Rimas (Edición, introducción y notas de José Carlos de Torres). Madrid:Castalia. pp. 126.
2 Eje de producción.
Gustavo Adolfo Bécquer nace en Sevilla en 1836. Su orfandad le hace pasar apuros económicos desde la niñez, acudiendo a un colegio (el de San Telmo) para buenas familias sin recursos. Con ganas de triunfar en la literatura, acude a Madrid, donde la estrechez económica continúa. Sus ideas literarias le llevan a no aceptar, al principio, trabajos“alimenticios”, ya que piensa que “No se debe escribir, […], más que cuando el espíritu siente la necesidad de dar a luz lo que ha creado en sus entrañas.” Pero la precariedad se va imponiendo y escribe para diversos periódicos así como adapta obras teatrales. Con el tiempo, va publicando su propia obra y alcanzando un cierto éxito, a la vez que crea una familia. En 1864, mediante un admirador suyo, GonzálezBravo, ministro de la Gobernación, obtiene el empleo mejor pagado que ha tenido: censor de novelas. Aquél se ofrece a publicar el conjunto de sus rimas. El manuscrito original desaparece con el saqueo de su casa durante la Revolución de 1868. Bécquer vuelve a escribirlas de memoria en el llamado Libro de los gorriones, que es el que hoy se conserva. Poco después, muere a los treinta y cuatroaños. Sus obras fueron recopiladas por sus amigos que prepararon una edición en 1871. La rima XXVI vio ahí la luz por primera vez. Las rimas fueron reunidas según un criterio temático y no cronológico. Seguían las etapas de un enamoramiento: felicidad, desengaño y dolor, soledad y muerte. Suelen agruparse en cuatro series. La rima analizada se incluye dentro de la segunda (Rimas X a XXIX), dedicada alamor correspondido, que fue escrita entre 1859 y 1861, justo antes de casarse. El tema de esta serie es el amor, en su fase más luminosa, por lo que la rima XXVI constituye, en cierta manera, una excepción, ya que por su tono acre y escéptico, encajaría más en la tercera serie, la del desengaño. Pero también podemos pensar que, pese al acento desencantado, el tono íntimo de la confidenciatrasluce el cordial entendimiento con la amada.
Nuestra rima responde a ese tira y afloja que fue su vida entre los anhelos literarios y poéticos, expresados en la frase que hemos reproducido, y la casi imposibilidad de mantenerse (a él y a su familia) sólo con ellos.
Bécquer, pese a coincidir en su tiempo con el posromanticismo (a partir de 1850), es un autor auténticamente romántico, o mejor, es unautor que depura las exageraciones retóricas románticas. Pero su fascinación por lo irreal y mágico, por las ideas y el amor como sombras evanescentes, por la soledad, la belleza, la melancolía, el dolor o la muerte presentes en las otras rimas, le incluyen de lleno en este movimiento. A pesar de esto, en la rima XXVI predomina la ironía y el sarcasmo por la dificultad de ganarse la vida con lapoesía. Es como un exabrupto, un desahogo al advertir la imposibilidad de vivir en ese mundo etéreo sin satisfacer otras necesidades vitales. A este disgusto no debía ser ajena su mujer, Casta Esteban, la cual se quejaba del “exceso de poesía y escasez de cocido”. Tuvo que esperar a morir para tener éxito, como él presagiaba: “Tengo el presentimiento de que, muerto, seré más y mejor conocido...
Regístrate para leer el documento completo.