Recuerdo vividamente mi primer día en el extranjero
Cuando finalmente llegué en Bilbao con nada más de una maleta y una cabeza llena de sueños, salí del aeropuerto para ver por primera vez minueva casa. Prioridad numero uno: encontrar un cuarto. Estaba una gris tarde neblinosa y con poca gente por las calles, había un ambiente dominical. Mientras yo deambulaba por la ciudad con el frescoaire otoñal en la cara, observé los alrededores. Me encontré con grandes edificios modernos que me impresionaban y aún ese domingo, se notaba una vitalidad y energía vibrante. Vi varias banderas derojo, verde y blanco, y suponía que representaban la ciudad en alguna manera – quizás el equipo de fútbol local pensaba. Pasé muchas caras extrañas escondidas por el bruma cada vez más densa.
Después deun rato sin éxito en mi búsqueda para un cuarto, me di cuenta que mi falta de conocimiento local era un impedimento significante así que decidí que preguntaría alguien si me pudiera ayudar. Derepente, empezó a llover y me reí irónicamente a mi mismo al darme cuenta que talvez Bilbao sería más parecido a Londres que anticipaba. Corrí con deprisa hacía el cobijo de un edificio con un techo...
Regístrate para leer el documento completo.