recuerdo

Recuerdo hecho casualidad
Seudónimo: Dreamer.
Ella era así. Le encantaba el chocolate, tomar sus galletas y remojarlas suavemente en la leche esperando que ablandaran su alma.
 
Tenía un rostro fuerte, con muchas sonrisas marcadas, pero con huellas de algunos ríos que habían caído de su mirada. Era alguien feliz, que sin duda había aprendido a serlo con el cantar de aves de variasprimaveras.

Un día sin darse cuenta llegó alguien nuevo a su vida. Quizás demasiado pronto, o tal vez demasiado tarde. Así, inesperadamente, como suelen llegar las mejores cosas en nuestras vidas. Que sin pensarlo dos veces lo acogió en su alma, sin querer queriendo, sin imaginar qué podía pasar, simplemente debía dejar que pasara.

-Hola Caro. ¿Cómo estás?- dijo ella saludando a su mejor amiga. –Bien¿y tú?- respondió dándole un abrazo casual, de los que solían regalarse cada vez que se encontraban. –Bien Caro. Pero, ¿sabes? Hoy conocí a alguien nuevo y estoy un poco pensativa. No sé qué sucedió. Llegó al salón y se sentó a mi lado. Sonreímos el uno al otro y continuamos con la clase. Luego el profe dijo que hiciéramos un trabajo en parejas y lo hicimos. Creo que nos fue bien. Pero al terminarla clase se levantó, me dijo adiós y tras mirarme unos segundos a los ojos me dijo que había sido un placer volver a verme. Creo que se equivocó. Indudablemente está confundido o algo porque en realidad para mí esa había sido la primera vez que lo había visto. Pero ¿sabes? Sentí una conexión algo extraña con él. Como si fuéramos viejos amigos pero como si al mismo tiempo estuviera enojada con él.No sé, es demasiado extraño- le contó ella mientras daba muchas vueltas alrededor del lugar. -¡Ay amiga! Creo que no estás bien de la cabeza- exclamó Carolina mientras soltaba algunas carcajadas. -En serio eres muy divertida ¿lo sabes?–dijo Carolina, de nuevo, sin parar de reírse. –Ay Caro es en serio. No te burles. Sabes que cuando te cuento algo es de verdad. Mira, más bien quédate riendo unrato, ¿sí? Mientras tanto yo me iré a mi casa rápido. Tengo mucho por hacer. – Exclamó ella mientras se iba sin mirar atrás, un poco resignada, sin tener alguien que entendiera lo que ella estaba sintiendo.
El camino se le hizo bastante corto, así como cuando estamos demasiado entretenidos haciendo algo y que sin darnos cuenta el tiempo se pasa corriendo. Llegó a su casa, prendió su computador, seconectó a Facebook y sin titubear buscó a aquella persona que había conocido. Lo encontró sin mucho esfuerzo. Ingresó a su perfil, vio unas cuantas fotos y finalmente se quedó ahí, sentada, mirando la pantalla, como si estuviera imitando una estatua. “Es imposible”, pensó ella. “Yo a él no lo conozco. Cómo es posible que él sí. Mañana le voy a preguntar por qué dijo eso”. Y se fue a dormir.-¡Hola!- exclamó Mateo al verla a ella. –¡Wao! qué susto me has metido Mateo.- Respondió ella mientras intentada regular de nuevo los latidos de su corazón. Quizás no había sido un susto, no, quizás había sido esa sensación de cuando vemos a la persona que nos gusta. Que siempre buscamos encontrarla, pero que al mismo tiempo negamos y solemos escondernos, para que no nos encuentre, para que noencuentre lo que estamos sintiendo.
Caminaron juntos al salón. Paso a paso ella lo notaba a él algo incómodo, ´por lo tanto empezó a preocuparse. “¿será que huelo mal?” se preguntaba, acompañada de algunas otras teorías para el comportamiento que él estaba teniendo.

Entraron a clase y salieron. Ella salió y no se despidió. Estaba incómoda, incluso ofendida. ¿Por qué estaba actuando así? Había sidotodo muy extraño. ¿Por qué su reacción con el saludo? Estaba confundida. Necesitaba hablar con alguien, pero claro, con Carolina no, después de haberse burlado consideraba inadecuado volver a soportar una situación de esas.
Llegó a su casa. Estaba tarde y fue directo a su cama. Se recostó como pudiendo mirar las estrellas atravesando el techo, cuando de pronto su celular sonó. “Quería abrazarte,...