recuperacion
José Carlos
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Anoche volví a soñar con él, con la mirada estupefacta que me atraviesa mientras, paralizado, veo como muere. Al despertar, en mi cráneo aúnretumbaban las palabras que la gente repite para tratar de aliviar la culpa que encorva mi espalda: “Fue un accidente, pasó en cuestión de segundos, no hubieras podido hacer mucho”. Dentro de mí tengo lacerteza que hubiera podido intentarlo.
Van varios meses en los que los sucesos de ese día invaden mi descanso, despertándome agitado, sudando y con una sombra en mi corazón que me dificulta respirar.Meses en los que he deseado haber sido yo el muerto y no el receptor de su mirada, antes que el río lo borrara del libro de la vida.
Nunca pude desentrañar lo que sus ojos me quisieron decir. ¿Un pocode miedo, tal vez? ¿una súplica de hacer algo que lo pudiera salvar? ¿un “dile a mi madre que la amo”? ¿o la fulminante certeza que iba a morir? No sé lo que me quiso decir, pero quedaron quemados enmi retina y los veo cada vez que parpadeo. Los veo cada vez que se apaga la luz.
Unas noches soñé que nos conocíamos y que conversábamos antes del desastre, otras en que era el paseo de la empresade la que me despidieron hace poco y él era otro empleado más. Hubo noches en que el sueño transcurrió muy lento. Pero algunas veces, como ayer, el sueño fue eterno.
He intentado alterarlo, salvándoloen último momento con alguna herramienta que puedo traer al mundo onírico y satisfactoriamente he cambiado mi sueño hasta cierto punto. Pero en el momento en que me mira, directo al interior de mialma, despierto sin poder terminar el rescate.
He usado drogas somníferas en varias ocasiones para alargar las noches y poder salvar, al menos en mi imaginación, al hombre que esa tarde el río arrasó.Pero esas noches ha sido más difícil tomar control sobre el sueño. Desde que mi novia me abandonó he tenido el tiempo suficiente para trabajar en ello e intentar constantemente, como si de un...
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