Redaccion

El sol se escondía tras la continua e infinita línea que se divisaba entre el mar y la lejana tierra, la arena era blanda y se veían unas pisadas… unas pisadas que se alejaban y se perdían. La mareahabía bajado, se podían ver algunos seres pegados a la roca, otros moviéndose para no ser cazados por las gaviotas.

Un cúmulo de ellas estaba parado en el suelo, comiéndose algo grande, perohabía demasiadas como para ser un molusco o algo similar....
Al día siguiente había llegado la policía y precintado la zona. Aún no sabían nada, ella iba indocumentada…
Un agente de oscuras lentesse aproximó al cordón policial intentando alejar a los curiosos y periodistas que no hacían más que preguntar sobre lo sucedido y la identidad del cadáver.

No lo sabían, pero ella se llamabaClarise.
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En el frío cuarto gris, una mesa metálica, inmovible, estaba en el suelo anclada y cubierta por una sábana blanca.Una tenue luz alumbraba la sala, no lo suficiente luminosa para poder ver cómo era todo, lo suficiente para distinguir una serie de objetos colgados en las paredes.
- ¡Quiero que me des lo quees mío te pasara a ti!- dijo una voz grave-.
- Sabes, sabes de sobras que no lo tengo -contestó tembloroso-.

- No me importa, ¡lo consigues lo haré otra vez!- dijo chillando de maneradesesperada mientras colgaba-.

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Era una noche fría, nublada, y soplaba un fuerte viento que levantaba remolinosde tierra y polvo. La luna estaba casi apagada en la lejanía, rodeada de nubes no daba luz alguna, las condiciones idóneas para cavar.

Las lápidas estaban rotas, con brechas, llenas de hiedraseca, y flores marchitas.

Buscó, buscó mucho para poder encontrarla, ella había estado con muchos famosos, políticos, y gente con mucho poder adquisitivo.

Ella se llamaba Joanna,...