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En lo personal, fue una experiencia única y sin igual. Claro está que no todo fue color rosa porque es verdaderamente deprimente ver a las personas de la tercera edadsin la compañía de sus seres queridos, es algo difícil porque todos tenemos familiares viejitos y nos recordaban mucho a nuestros familiares que aún siguen aquí y los que ya no. Por loque yo pude ver las madres son realmente muy buenas con ellas y tiene la paciencia para atender a las personas de la tercera edad que se vuelven un tanto complicadas al trato de laspersonas. Había un ambiente un tanto tenso al menos de mi parte porque si me dio un poco de sentimiento al ver como algunas personas estaban muy deprimidas porque sentían el abandono de susfamiliares, pero tienen actividades que hacen que se olviden un poco de todo eso.
Yo tuve la oportunidad de platicar con una señora al que le llevamos de comer hasta su habitación y ahíse encontraba su hija de visita, y tuve la oportunidad de ver también como no todos los familiares se olvidan de ellos algunos de verdad los dejan ahí por voluntad propia o por problemasde salud de sus mismo familiares.
Esa señora en específico se llama Lolita y es una persona muy divertida, su sentido auditivo no funciona al 100% por eso le tienes que hablar con untono de voz elevado pero es realmente muy divertida y simpática, su hija nos pudo comentar que claro esta se deprime y hay veces que no quiere ni comer pero que ella trata de visitarlatodos los días casi todo el día para que esto no ocurra y para que siga sintiendo que es importante para ella.
En conclusión la experiencia tuvo sus momentos malos y buenos pero esaexperiencia fue algo que me hizo aprender de las personas mayores y valorarlas más como personas porque están llenas de sabiduría y experiencia que están dispuestos a compartir con nosotros.