redaccion
Retos actuales de las políticas culturales
Víctor Vich
Pontificia Universidad Católica del Perú
—Yo traigo a los hombres un presente.
—No les traigas nada, —dijo el santo— antes bien, ¡quítales algo!
—Friedrich Nietzsche, Así habló Zaratustra
Resumen: El presente artículo combina la reflexión académica con la propuesta política.
Retoma lapregunta sobre la importancia de las políticas culturales e intenta fundamentar una nueva respuesta. Sostiene que las políticas culturales no pueden concentrarse
únicamente en la pura organización de eventos. Más allá del fomento a la producción
cultural, del establecimiento de mejores mecanismos para su circulación y de dirigirse
a públicos diferenciados, el ensayo apuesta por una políticacultural que apunte a la
deconstrucción de los imaginarios hegemónicos, vale decir, al intento por intervenir en
aquellos sentidos comunes que se encuentran hondamente afianzados en los habitus sociales. Si el capitalismo contemporáneo basa buena parte de su poder en la dominación
simbólica, este ensayo entiende que los símbolos y la cultura en general son igualmente
un lugar de respuesta.
¿Esdeber de las políticas culturales fomentar la producción cultural, organizar
eventos y ofrecer una mayor circulación de los objetos culturales? ¿O son, más
bien, las encargadas de quitar algo en las poblaciones? Si es así, ¿qué es aquello
que las políticas culturales deberían quitar? O mejor dicho, ¿cómo quitar algo de
la cultura con los propios elementos de la cultura? Este ensayo, herederode una
tradición latinoamericana de propuestas al respecto, insiste en la necesidad de
posicionar la cultura lejos de los debates estrictamente culturales o culturalistas
para involucrarla como un agente clave en el cambio social. Se trata de promover
la articulación entre cultura, democracia y ciudadanía a fin de que las políticas
culturales puedan convertirse en dispositivos centrales parala transformación de
las relaciones sociales existentes.
Tal proyecto pasa por cuestionar a todas aquellas teorías que continúan definiendo a la cultura como un campo independiente y autónomo en el devenir
social. Desde Weber sabemos bien que fue el discurso de la modernidad el que
desligó al ámbito cultural de su inserción en todas las dimensiones de la vida
social, el que segmentó alconocimiento y el que construyó el espacio del arte
como un lugar autónomo. Fue, en efecto, la modernidad la que inventó las esferas
sociales (la política, la economía, la cultura) como lugares cerrados y autosuficientes, y fue ella la que restringió la entrada a ellas sólo a los especialistas (Grimson
2011, 39–40).
Latin American Research Review, Vol. 48, Special Issue. © 2013 by the Latin AmericanStudies Association.
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Por eso hay que insistir que una definición más certera de la cultura es aquella
que proviene de la antropología contemporánea y que afirma que se trata del
dispositivo socializador a partir del cual los seres humamos nos constituimos
como tales, vale decir, la cultura es aquel agente queestablece y regula la forma
en la que se practican las relaciones sociales. La cultura es, por ejemplo, aquello
que ha codificado nuestras ideas sobre la diferencia sexual, racial o nuestras relaciones con la naturaleza por sólo citar algunos ejemplos. La cultura preexiste a
los sujetos y éstos se constituyen, al interior de ellas, a partir de sus regulaciones
y discursos. La cultura producedeseos, leyes y prácticas desde los cuales se generan las estructuras del sentir y del pensar en las subjetividades que las habitan
(Williams [1977] 2009).
Por tanto, lejos de entenderla como una instancia encargada solamente de simbolizar lo existente, la cultura debe concebirse como un dispositivo que contribuye a producir la realidad y que funciona como un soporte de la misma. En ese
sentido,...
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