Redvolución

Hace así como un millón de años, año arriba año abajo, vamos cuando comencé con ésta mi querida/odiada bitácora, escribí un pequeño post sobre una de las artes relacionadas con el cine a la que menosatención se suele prestar y que sin embargo, al menos en el aspecto creativo, más alegrías nos suele dar: los títulos de crédito.
Aunque ya desde el principio de la historia del cine siempre se hatenido un especial cuidado con este apartado cinematográfico, no fue hasta que el gran (yo diría que inmenso) Saul Bass comenzara a crear sus creativas y espectaculares piezas, cuando el público engeneral comenzó a descubrir este elaborado arte. De hecho su trabajo se considera fundamental en muchas de las películas de otro de los grandes, Alfred Hitchcock, hasta el punto de que según muchosrumores fue el verdadero autor de la mítica secuencia del asesinato en la ducha de Psicosis.
Después muchos han sido los que han seguido su legado y nos han regalado, en muchos casos, verdaderas obras dearte: desde el gran, Maurice Binder (otro de los míticos), autor de los geniales y famosísimos títulos de las películas de James Bond (continuados en la actualidad por uno de sus alumnos aventajados,Daniel Kleinman), pasando por los creadores de L

Dicen que antes de que Saul Bass hiciera títulos de crédito, el telón no se levantaba en el cine hasta que la película había comenzado. Al públicose le dejaba escuchar la música, pero no veía discurrir los títulos. Parecía no importarle a nadie.
Si bien es razonable pensar en encontrar precursores, a Bass se le atribuye la dignificación ytransformación de los títulos de crédito como un arte, un componente más de cada película, que adelanta, cuenta, introduce o insinúa la historia del filme. Creó una escuela de animaciones inteligentes ysutiles. Marcó un estilo abstracto, de tipografías manuscritas, con una marca personal específica y característica. Tanto, que los primeros fotogramas de una película bastan para saber que los...