Reflexion: El derecho a la privacidad
Es curioso pensar que la confidencialidad de ideas en ésta era de tecnología solo podrá ser posible en nuestras cabezas. Cualquier cosa que pensemos,escribamos o digamos –por teléfono, en un área pública dotada de cámaras de seguridad, o incluso en nuestra casa, teniendo cerca dispositivos electrónicos- podrá ser objeto de espionaje. Nos guste o no, estaes la nueva realidad. El delirio de persecución ya no podrá ser más un diagnostico psiquiátrico provocado por causas imaginarias. Ahora cualquiera lo puede padecer fundadamente y porque no, tambiénhabrá aquellos que impuestos por gusto o por costumbre a la soledad de nuestra intimidad lo suframos.
¿En qué momento la ética mutó?, ¿En qué momento la individualidad y libre pensamiento del hombre esanulado por causas de seguridad nacional y control gubernamental? Es más frecuente cada día, encontrar notas periodísticas de espionaje político, en donde se expone la intervención de comunicacionesde texto, llamadas y correos electrónicos de altos mandatarios y a ciudadanos particulares –¿personas de interés?. ¿Qué justifica esto? A mi ver nada. El derecho de no intervención internacional a lasoberanía de otros países y los derechos de sus ciudadanos cobijados bajo su bandera, han sido claramente violados, es decir, espiados!. El agravante es mayor, si tomamos en consideración que dichaorden de infiltración se sostiene y justifica bajo la premisa de “seguridad nacional”, porque ello lleva a cuestionar “la seguridad nacional ¿de quién?” por supuesto no la del país agraviado. En esatesitura, ¿bajo qué principio de impunidad operan los supuestos Estados todopoderosos? ¿Es acaso su seguridad más importante que la de nuestro Estado? Si la respuesta fuese afirmativa, conllevaría aafirmar que entonces existen Estados más esenciales que otros, luego entonces países de primer orden y países de segundo orden y, de ahí sucesivamente llegaríamos entonces a cuestionar la existencia de...
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