Reflexion
Lisbeth había sido postulada para recibir un premio por su labor realizada como directora del “Centro de Protección para la Mujer". Era una psicóloga con posgrados relacionados con la motivación de la conducta humana. Yo formaba parte del comité que otorgaba losgalardones. Estaba sentado en la mesa de honor cuando el maestro de ceremonias llamó a Lisbeth. El público aplaudió. Una espigada mujer de aspecto elegante subió a recibir su premio al estrado. Apenas se acercó, tuve la certeza de haberla visto antes, de saber quién era. Incluso, aunque mi mente perezosa y torpe tardó en acordarse, mi corazón reaccionó de inmediato, saltó y empezó a latir cualsi se hallase frente a la mujer en la que había soñado por años aguardando pacientemente la hora de volverla a ver: ¿Es ella? Cuestionaba mi intelectualidad incrédula. No. No puede ser... Ha pasado tanto tiempo... Personalmente le di el diploma y la felicité con un apretón de mano. Luego pasó al atril para dar un breve discurso de agradecimiento. Su forma de inclinarse frente al micrófono, suforma de mirar a la audiencia con ternura y autoridad, su voz pausada y clara, su sinceridad y su magnetismo, no me dejaron duda. Había sido mucho tiempo de pensar en aquella joven del testimonio, de fantasear con lo que le diría si volvía a verla... Mis manos temblaban al contemplarla.
El público le aplaudió.Lisbeth descendió del estrado y yo me puse de pie, disculpándome, para bajar por el otro lado del escenario discretamente.
El congreso de “valores" estaba tocando a su fin. Yo era director de la Asociación Nacional de Empresarios Jóvenes y se me había delegado el discurso de clausura. Sólo tenía tres o cuatrominutos. Le pedí a una edecán que llamara a la recién galardonada.
-¿Te acuerdas de mí? -le pregunté sin muchos rodeos en cuanto llegó acompañada por la auxiliar.
-No -contestó con el ceño ligeramente fruncido.-Tú fuiste burlada y deshonrada por un hombre.
Enrojeció de inmediato y me miró atemorizada.
-Te vi al frente de un grupo dando un testimonio de amor a la vida. Me impactaste.Hablaste del pájaro que vivía resignado en un árbol podrido en medio del pantano comiendo gusanos, sucio por el pestilente lodo, hasta que cierto día un gran ventarrón destruyó su guarida y él se vio forzado a emprender el vuelo llegando finalmente a un bosque fértil. La figura de un pájaro volando sobre el pantano me ha motivado durante muchos años a salir de mi propia ciénaga.Lisbeth hizo un esfuerzo por recordar. Me estudió con la mirada.
-En aquel entonces -la ayudé-, no tenía esta prótesis ocular... Yo era un joven tímido... Leyendo y subrayando un libro a la entrada del grupo de autoayuda.Me observó unos segundos más sin poder articular palabra.
-Dios mío -susurró asintiendo al fin-. Qué pequeño es el mundo.
El presentador anunció la conferencia de clausura....
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