Reforma y contrareforma
La juventud de Sócrates coincide con el esplendor de la Atenas de Pericles, que finaliza con la guerra del Peloponeso (431 a.C.), originada por la rivalidad entreCorcira y Corinto, apoyadas, respectivamente, por Atenas y Esparta. La guerra se interrumpió y se reanudó por dos veces hasta acabar con el desastre de la escuadra ateniense en Egos Pótamos (404 a.C.), derrotada por Lisandro. Sócrates intervino en esta guerra y mereció grandes elogios por su valor y sangre fría.
La guerra le hizo perder toda su fortuna, que no era mucha pero le permitía vivirmodestamente sin preocupaciones. De la necesidad hizo virtud: frente al lujo que permitía la prosperidad comercial de Atenas, él oponía el ejemplo de una vida austera. Viendo la abundancia de objetos que se exhibían en los comercios, exclamó: "¡Cuánto es lo que no necesito!". Vivía y vestía muy pobremente, no dando ninguna importancia a las apariencias
El dominio de sí mismo, la doma de las pasiones,es uno de los grandes temas socráticos. "¿En qué se diferencia de una bestia el hombre sin dominio de sí e incontinente?", se pregunta Sócrates. Se trata de una idea que aparece por primera vez con él, pues en el mundo homérico los héroes dejan brotar sus pasiones e instintos violentos sin este control. Por el contrario, Sócrates incluso cuando bebía -no por afición sino por costumbre social-mantenía pleno autodominio. Se decía que bebiendo era capaz de tumbar a cualquiera, pero nadie le vio nunca borracho. Todos sus apetitos y pasiones los tenía bajo estricto control.
Aunque siempre vivió en Atenas, nunca aspiró a ningún cargo oficial en la ciudad. Rehusó tomar parte activa en la política. Sin embargo, los problemas a los que dedicó toda su atención fueron los que conciernen al hombre ya la ciudad: la cuestión de la virtud y de la justicia. Su respeto por la ley y su actitud crítica frente a lo que él consideraba injusto, le ocasionaron numerosas enemistades. Cuando se estableció la oligarquía de los Treinta tiranos, éstos, que ambicionaban las propiedades de algunos ricos ciudadanos, ordenaron a Sócrates y a otros cuatro más arrestar al rico León de Salamina, para ejecutarlo.Los otros obedecieron y León fue arrestado y muerto, pero Sócrates se negó a ser participe de semejante violencia y, simplemente, se fue a su casa. Nada le pasó gracias a la contrarrevolución que restauró la democracia en Atenas.
Sabido es, además, que gustaba del diálogo y la conversación, pero no sólo por pasar el rato, sino con intención de buscar la verdad, el bien y la justicia. Como un"tábano" picaba a sus conciudadanos para que abrieran los ojos ante la ignorancia, que es fuente de todos los males e injusticias.
En cuanto al contenido de sus enseñanzas nada sabemos por él mismo, pues como es sabido Sócrates no dejó ninguna obra escrita. Todo lo que sabemos es lo que nos han transmitido Jenofonte, Platón, Aristóteles y el autor de comedias Aristófanes. Mientras que éste último...
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