Reformas Borbónicas

Las reformas de los Borbones
¿Cuáles fueron las principales transformaciones políticas y administrativas que, sin modificar la naturaleza original de las relaciones predominantemente patrimoniales, introdujeron una nueva modalidad –más racional- de dominación de la Nueva España? ¿Se puede sostener, para el caso de la Nueva España, que “la racionalización burocrática del dominio patrimonial” ylas exigencias crecientes de dinero provocaron “una revolución financiera” en los estados o regiones?
La poderosa voz de las Reformas borbónicas en España tuvo un eco distinto en los dominios trasatlánticos. La insalvable distancia, geográfica y política, entre España y sus colonias americanas, no fue obstáculo para que las corporaciones –creadas por los intereses económicos y políticos enraizadosen territorio novohispano durante el siglo XVII- perdieran su decisiva influencia en la esfera del poder público. El peligro mayor que los Borbones temían de la organización estatal antigua era la multiplicación de los criollos que ocupaban cargos clave en la administración de las colonias, principalmente a resultas de haberse generalizado la venta de puestos públicos; buscando prevenirlo, en lossubsiguiente se desarrolló una política tendente a revertir la situación política y económica heredada del despotismo absoluto de los Habsburgo. La centralización del poder.
En la Nueva España, y a partir del siglo XVII, lenta y gradualmente se configuraron corporaciones privilegiadas que impedían, dado el alcance de poderes, reconocerse en el espejo que les devolvía la imagen de la Colonia. Lasujeción formal de las corporaciones al soberano, era evidente; no obstante, la materialidad de sus grandes poderes especiales –y la autosuficiencia económica- sembraron el temor en el rey. Su inquietud era justificada. Octavio Paz, siguiendo a Richard Morse, afirma que:


Las comunidades indígenas estaban regidas por las leyes de Indias y había estatutos especiales para los diferentes gruposétnicos: negros, mulatos, mestizos, criollos y españoles. Leyes particulares regían a las órdenes religiosas y a la Iglesia secular; otras a los encomenderos, los comerciantes, los mineros, los artesanos, las congregaciones, las cofradías.

La Iglesia, en especial el clero regular, mantenía en sus manos santas, pero muertas, más de la mitad de la tierra útil hacia fines del siglo XVII; en respuestaal hecho y atenta a la ruta señalada por el despotismo ilustrado francés, España instrumentó políticas, desde la llegada de los Borbones, tendientes a restarle facultad y poderes a la Iglesia. Así, por ejemplo, prohibió la fundación de nuevos conventos en América (1717); denegó a los nuncios, por un periodo de 10 años, el ingreso a las órdenes religiosas (1734); limitó el poder de los tribunaleseclesiásticos y, finalmente, expulsó en 1767 a la única orden religiosa que, contra viento y marea, dependió siempre directamente de la autoridad del papado: los jesuitas.
Durante el gobierno borbónico, las remesas de plata enviadas desde la Nueva España alcanzaron niveles inéditos, constituyéndose como el principal surtidor de ingresos, y significándose por ser –aunadas a las ganancias delpoderoso Estanco del Tabaco- la salvación de la insaciable Hacienda Real; luego, al permitirse el libre comercio interno entre las Colonias, los impuestos recaudados por la Corona crecerían de manera aún más considerable. El éxito de las propuestas de Del Campillo fue alcanzado, en gran medida, gracias al carácter pacífico de Fernando VI (1746-1759); no menos importantes fueron quizá las garantías y laprotección estatal que el soberano brindo al conocimiento moderno. La experimentación, la observación y la razón crítica merecieron un sitio entre las ideas del tiempo español. Esta política de protección a las actividades productivas, por parte del Estado, es una de las más acentuadas características que, hasta el siglo XX, acompañan al patrimonialismo mexicano. Aclaremos este punto.
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